Verstappen, el rival que buscaban Hamilton y la Fórmula 1

El Mundial ha comenzado en Bahrein con victoria del de siempre, Lewis Hamilton (Mercedes). Pero esta vez no ha sido ‘más de lo mismo’. Max Verstappen (Red Bull) ha elevado el listón después de dominar la pretemporada, los libres del gran premio y la primera clasificación de 2021. El holandés acarició un triunfo que solo perdió por un error de cálculo al final. Un éxito que, sin duda, habría servido para multiplicar el interés del campeonato. Y es que si el pulso Hamilton-Verstappen se mantiene al mismo nivel a lo largo de la temporada, la Fórmula 1 saldrá ganando. 

El domingo en Sakhir dirección de carrera consideró que Max se equivoxó al adelantar a Hamilton con las cuatro ruedas de su Red Bull por fuera de los límites de la pista en la polémica curva 4. Y Red Bull lo acató al recomendarle a su piloto que le devolviera la posición a Lewis. Creyeron que la superioridad del RB16B les permitiría recuperarla quedando tres vueltas. Subestimaron el poder del heptacampeón de Mercedes: “Igual teníamos que haber seguido tirando hasta el final y asumir la sanción. Podría haber conseguido fácilmente esos cinco segundos. Prefiero perder así que ser segundo de esta manera”, consideró el holandés a tiro pasado.

Al límite

En cualquier caso, Bahrein ya es historia pero quedan otras 22 carreras para que el espectáculo no decaiga. “Max está haciéndolo muy bien, yo también, y va a exprimirnos al límite. Me encantan los retos”, concedió un radiante Lewis Hamilton, después de un desenlace triunfal que no esperaba: “En siete vueltas nos alcanzan” había avisado por radio tras su última parada en boxes. El inglés, que este año persigue su octava corona, un récord histórico en la F1, pudo sumar su 96ª victoria y asestar un golpe a la moral de su crecido rival. “Vaya carrera, una de las más difíciles de mi vida. Max estuvo encima al final y pude mantenerlo por los pelos”, reconoció Hamilton, que agradeció la labor de Mercedes: “Pensé que estaríamos a entre 6 y 8 décimas por vuelta del Red Bull. El trabajo durante la semana ha sido espectacular”, añadió.

Con todo, el campeón espera que la ventaja de Red Bull continúe en el próximo gran premio, a mediados de abril: “Quizás el W12 sea mejor en Italia, pero creo que ellos seguirán teniendo ventaja, porque su trasera es mejor y eso les permite cuidar los neumáticos”, analizó. 

Verstappen , por su parte, encajó la derrota y se mostró comedido en sus declaraciones, consciente de que esto no ha hecho más que empezar: “Es una pena, pero tienes que sacar el lado positivo de las cosas. Hemos conseguido luchar con ellos de tú a tú y eso es genial. El año pasado hubiéramos estado muy contentos con este resultado y este, muy decepcionados. Nuestro coche es competitivo y a pesar de todo es un buen comienzo de temporada”, dijo Max, superado por la estrategia de Mercedes en las paradas y por su fallo en el adelantamiento a Hamilton: “Después de devolverle la posición era súper difícil seguirle. Entré en la curva 13 (vuelta 53 de 56) y tuve un gran sobreviraje. Y a partir de ahí ya no tenía neumáticos para atacar”, explicó. 

La Fórmula 1 que tanto añoraban los aficionados ha vuelto a escena con un duelo de tintes épicos que todos esperan que se repita en Imola (16-18 abril). Lástima que haya que esperar tres semanas.

Max Verstappen, de 23 años, lleva ya seis temporadas en la F1, a la que llegó siendo menor de edad, de la mano de Helmut Marko, el temible asesor de Red Bull, que vio en él al "nuevo Senna". Después de una primera temporada en Toro Rosso, el talentoso piloto holandés fue ascendido a la 'Primera División' con Red Bull cuando apenas habían transcurrido cinco carreras en la temporada 2016. En el GP de España, Verstappen se quedó con el volante de Daniil Kvyat. Fue llegar y 'besar el Santo'. Un incidente de los dos Mercedes - Hamilton y Rosberg -en la primera curva del Circuit de Barcelona, dejó vía libre a Max para hacer historia y convertirse en el más joven ganador en la F1, a sus 18 años, 7 meses y 15 días.

A pesar de semejante irrupción, ya sea por el déficit de su coche o por errores propios, y sobre todo, por la superiodad de Mercedes, a Verstappen le ha costado confirmar las expectativas depositadas en él por Red Bull, que ha construído un equipo a su medida, dejando por el camino a sus compañeros. Max le cerró el paso a Carlos Sainz en la escudería de las bebidas energéticas, acabó con la paciencia de Daniel Ricciardo y arrasó con Pierre Gasly y Alex Albon, además del mencionado Kvyat. Esta temporada la situación es distinta. Por primera vez el equipo propiedad de Dietrich Mateschitz ha roto con su tradición de no sentar en el Red Bull a un piloto formado en su cantera y ha fichado al experimentado Sergio 'Checo' Pérez, que se ha convertido en un incómodo compañero, pero también en un revulsivo más para el ultracompetitivo Verstappen.