Primer podio en la historia de Sainz

Verstappen celebró la victoria

Verstappen celebró la victoria / AFP

Albert Gracia

Una locura. Una desquiciante, agónica y apasionante locura. Cuando todo parecía finiquitado en mitad de carrera, con Verstappen, Hamilton y Vettel en el podio, apareció Bottas, el Safety Car y la furia en Ferrari para dinamitarlo todo. Una bomba que dejó a Sainz como el gran héroe. El español salió último, fue dejando rivales atrás y se benefició del caos más absoluto para hacerse con su mejor puesto: un podio que nunca había alcanzado. Carlos Sainz hizo buena la penalización a Hamilton (que acabó séptimo) por el incidente sobre Albon para llevarse la tercera plaza. Verstappen fue un líder intratable en la gran tarde de Carlos Sainz. 

Semáforos encendidos, apagón... Y Hamilton que ya está ahí, molestando a Verstappen. El inglés tenía claro que su primer objetivo era dejar atrás a Vettel lo antes posible y en un abrir y cerrar de ojos lo logró. Salidón para pasar al alemán y tener despejado el camino al Red Bull del neerlandés. Por detrás, se preveía un inicio movidito. Leclerc y Sainz tenían que salir desde demasiado atrás por distintas circunstancias y no tardaron en ponerse manos a la obra.

Sainz y Leclerc remontan posiciones

El monegasco necesitó tan solo ocho vueltas para pasar de la decimocuarta plaza a la séptima mientras Sainz se ponía a tiro de las posiciones de puntos aprovechando el toque entre Ricciardo y Magnussen. No se iba a cansar de desaprovechar 'caramelitos'. El español tenía claro que tenía que ir a una parada para tratar de apelar a la épica. Era un todo o nada. Aun así, toda la atención se iba a centrar en Hamilton y Verstappen, al menos hasta las últimas vueltas de un GP que pasó de la tranquilidad al caos más absoluto. 

El neerlandés puso toda la carne en el asador y no se dejó intimidar por la insistente tozudez del inglés, al que ni las paradas en boxes de ambos dieron via libre para tratar de asaltar la primera posición. Aun así, la de Verstappen no iba a ser una parada cualquiera puesto que Kubica le entorpeció el paso y el Red Bull tuvo que salir por detrás de Hamilton y Leclerc. ¿Problemas? No para el neerlandés, que pasó a los dos y volvió al sitio que le correspondía. Tras ello, Hamilton comenzó su show. El aire, la potencia, los neumáticos... Un abanico de 'excusas' que no le permitían ni llegar a Verstappen. Ni siquiera el cambio de gomas. 

Por detrás, Sainz parecía estancarse con esa primera parada. Tenía que cuidar como fuera sus neumáticos y esperó el terremoto que estaba por venir. Había previsión de lluvia... Pero no de tormenta. Bottas se tuvo que retirar de la carrera por un problema mecánico y obligó al 'Safety Car' a intervenir. Se abría un mundo nuevo, tanto para los primeros como para Sainz, que veía como Raikkonen y compañía le venían a apretar por detrás con neumáticos blandos y él iba a mantenerse con los medios.

Desastre total en Ferrari

Algunos pilotos aprovecharon para hacer una 'parada gratuita' con el 'Safety Car' y cuando se marchó fueron al ataque. Verstappen, que había parado, pasó a Hamilton con facilidad y Albon se metió en medio de los dos Ferraris mientras Sainz ya estaba séptimo. Suerte que Red Bull estaba en medio, porque cuando Vettel y Leclerc se vieron las caras pasó lo que podía pasar. El monegasco intentó pasar al alemán y se tocaron. Cabreo monumental de ambos, guerra total... Desastre en la escudería italiana. 

Otra vez el 'Safety Car'. Otra carrera nueva para apenas tres vueltas. Tres vueltas de infarto. Sainz ya era quinto. Tenía que aguantar como un jabato y vaya sí lo hizo. No solo no  lo hizo, sino que aprovechó que Hamilton tocó a Albon para ponerse cuarto y acabar así la carrera. La FIA está pendiente de investigar el incidente entre ambos. El toque también lo hizo bueno Gasly, que se metió segundo y aguantó las acometidas de Lewis hasta el final. La victoria se la llevó Verstappen, la sorpresa la dio Gasly y Hamilton se hizo con la última plaza del podio. El carrerón y la gloria es para Carlos Sainz. Tremendo.