Lewis Hamilton, un campeón como los de antes

Lewis Hamilton, campeón del mundo

 Hamilton se proclama por sexta vez campeón de Fórmula 1 / PERFORM

Laura López Albiac

Laura López Albiac

“Ha sido un largo viaje. La mayor parte de la gente que está ahora en Mercedes ya estaba aquí cuando yo me uní al equipo; y este largo viaje ha sido sobresaliente, por lo que quiero seguir experimentando y ver cuántas cosas más podemos seguir consiguiendo juntos", asegura Lewis Hamilton, que acaba de conquistar su sexta corona mundial de Fórmula 1 y romper el empate a cinco títulos con el legendario Juan Manuel Fangio. Por delante, a sus 34 años, solo le quedan ya los récords de Michael Schumacher: sus siete mundiales y 91 victorias. Marcas que hasta hace muy poco parecían inalcanzables y que Hamilton puede batir ya en 2020.

“No sé por qué se retira la gente cuando se retira; pero eso, de momento, no pasa por mi cabeza. Y una cosa tengo muy clara: amo pilotar", dice el piloto británico, excéntrico, perfeccionista y contradictorio, que en más de una ocasión ha flirteado con la idea de abandonar la Fórmula 1. Ahora, crecido por su éxito, por un nuevo título que dedicó al que fuera su jefe en Mercedes Niki Lauda, fallecido en mayo, Hamilton entiende que todavía le quedan desafíos importantes por cumplir: “Me siento en plenitud de forma y con el espíritu de luchar que me inculcaron desde niño más fuerte que nunca. ¿El futuro? Solo pienso en los triunfos que pueden llegar en las próximas carreras”, subrayó el domingo en Austin, tras proclamarse campeón.

Nacido el 7 de enero de 1985 en Stevenage (Inglaterra), Hamilton no se llama Lewis Carl por casualidad. Fue bautizado así en honor al estadounidense Carl Lewis, el ídolo de su padre, Anthony -hijo de emigrantes de la caribeña isla de Granada-, y que unos meses antes de su nacimiento se había proclamado cuádruple campeón olímpico en Los Angeles'84.  El padre de Hamilton -separado de su madre, Carmen, cuando éste contaba dos años- admiraba al velocista, pero mucho más a los héroes del motor, por lo que le regaló a su hijo su primer kart cuando cumplió seis años, haciendole prometer que se esforzaría más en el colegio.

Cuando aún no se había acuñado el término 'bullying', el joven Lewis fortaleció su carácter en clase de kárate, para protegerse del acoso escolar, en unos tiempos complicados en los que no sobraba dinero para intentar lanzar su carrera. Con la misma determinación que exhibe hoy día, a los 10 años Lewis se acercó al poderoso Ron Dennis en una gala con las jóvenes promesas del motor británicas. Se presentó y le pidió un autógrafo. Un gesto que catapultó su carrera. Dennis lo incluyó en su programa de pilotos jóvenes de McLaren tres años después, en 1998.

En 2003 ganó la Fórmula Renault 2.0 del Reino Unido y siguió triunfando en las categorías inferiores hasta anotarse el título de GP2 en 2006, que le sirvió para dar el salto a la Fórmula 1 un año después, formando pareja con el bicampeón Fernando Alonso. La temporada 2007 acabó como el ‘rosario de la aurora’: el título fue a parar a Ferrari y Alonso abandonó Woking. El año de su debut Lewis ganó cuatro carreras y desde entonces, no ha dejado de sumar al menos una victoria al año. Algo que en la F1 no ha conseguido nadie más. A fecha de hoy suma un total de 83 triunfos, a ocho del récord histórico de Schumacher (91).

Su primera corona llegó en 2008, con McLaren pero ha sido en Mercedes, desde 2013, donde Hamilton ha elevado el listón y ha escrito las páginas más brillantes de su carrera deportiva. Lauda acertó con el fichaje de Lewis , que ganó el Mundial en 2014, repitiendo en 2015, 2017, 2018 y 2019. Solo cedió la  corona en 2016 a su compañero Nico Rosberg, que terminó aquel pulso con tal desgaste que días después de proclamarse campeón anunció su retirada.  

Con el tiempo, Hamilton ha cultivado también su faceta de superestrella y las amistades en el mundo de la moda y el cine. Se ha convertido en un habitual en la alfombra roja de Hollywood y ha firmado contratos millonarios de publicidad para diversas marcas. Arrasa en las redes sociales, en las que ha hecho célebres a sus perros de raza bulldog, Roscoe y Coco. Y ha sentado ‘cátedra’ con sus peinados y tatuajes. En el cuello destaca el lema "Still I Rise" (A pesar de todo, resurjo), que a veces también luce en el casco. Lo explica con un recuerdo a su infancia, a las duras sesiones en karting, bajo la atenta mirada de su padre Anthony: “Siempre me enseñaron a luchar y es lo que hago en cada carrera”.

Cuando peor van las cosas, Lewis siempre sabe salir del aprieto. "El nuevo título no es un milagro. Es el resultado de un gran trabajo de todo el equipo. Y no solo este año. Todos los que han estado en mi carrera me han ayudado a vivir esta jornada tan especial y sin ellos no hubiese sido posible", afirma, agradecido. La F1 también debe estar orgullosa de tener a un campeón como Lewis Hamilton.