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'King Hamilton VI' se corona campeón del mundo en Austin

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No ganó la carrera pero cerró el campeonato. / AFP

Arnau Montserrat

Seis. Es el número de moda en la F1. Lewis Hamilton volvió a casa por tercer año consecutivo. Se sentó en el trono como rey que es de este deporte. Nadie le tose. Nadie puede derrocarlo. 'King Hamilton VI' y sumando. Mientras siga casado con Mercedes los números pueden acabar siendo escandalosos. Schumacher, con siete títulos Mundiales, ya tiene en su retrovisor al inglés.

El viejo oeste esperaba el desenlace final del campeonato del Mundo de pilotos. Hamilton necesitaba cuatro puntos y delante tenía a un Valtteri Bottas que por lo menos no dio el brazo a torcer a las primeras de cambio. Como vaqueros en un mano a mano, los dos pilotos de Mercedes se batieron en combate en Austin con el permiso de un Vertsappen que también quería pillar tajada. ¿Y los Ferrari? Abatidos y dando una imagen embarazosa que es el resumen perfecto de su año.

Vettel con problemas en su monoplaza desde los primeros metros se vio superado por un Lewis agresivo que antes se había deshecho de Leclerc. Los dos Ferrari en menos de una vuelta. El alemán vio como su ritmo caía y terminó rompiendo la suspensión trasera en un paso largo por las bananas que delimitan la pista. Fue entonces cuando le limitaron el ritmo a Leclerc que rodó cuarto en tierra de nadie.

Verstappen fue el primero en parar y como ficha de dominó Bottas, que lideraba la carrera, cayó y paró. Salió por delante de Max pero le abrió la puerta a un Hamilton que no le puede dar la mínima posibilidad de victoria. Su maquinaria se puso en marcha y él no paró. Alargó la primera parada pensando que podría llevar las gomas hasta el final. 

Incluso lo llamaron al box y él mismo decidió que se queda en pista ante la estupefacción de sus mecánicos, preparados con los neumáticos. Paró y unas vueltas después lo hicieron Bottas y Max de nuevo. Entonces empezó el show de Lewis por radio, donde allí también es el mejor. "¿Llegarán mis ruedas al final?", "¿Algún piloto ha rodado tantas vueltas con estas gomas?". Un agobio ficticio porque no pensaba parar.

Entonces llegó la batalla final. Hamilton quería ser campeón del mundo ganando. Mentalidad de ganado absoluto. Así le va. Bottas, esta vez sí, desenfundó un gran pilotaje para superar a su compañero de equipo. Ganó en Austin. No el Mundial. Lewis cerró la sexta corona para monopolizar el dominio en la era híbrida. Solo Rosberg le pudo toser y se retiró por ello. Hamilton es leyenda viva de la F1 y tiene el hambre intacta. Su secreto.