Horner habla, por fin, sobre Lawson: "Fue horrible quitarle sus sueños..."
El director de Red Bull admite su error y cree que es lo mejor tanto para la escudería como para el piloto

Liam Lawson, en el paddock del GP de Australia / EFE
La noticia del reemplazo de Liam Lawson por Yuki Tsunoda en Red Bull ha generado debate en el mundo de la Fórmula 1 no solo por la premura de la decisión, sino también por las razones que esgrimió Christian Horner, director del equipo, quien reconoció abiertamente que fue un “momento horrible” y que la presión mental sobre el joven piloto había sido excesiva en declaraciones a The Telegraph.
Lawson, de apenas 22 años y con solo 11 Grandes Premios de experiencia, había sido promovido con altas expectativas al asiento más cotizado del paddock. Sin embargo, en Australia y China no logró adaptarse al exigente RB21, un monoplaza complejo y temperamental que ya ha mostrado ser difícil de domar incluso para pilotos con más experiencia.
Las declaraciones de Horner en Sky F1 fueron contundentes: "Los ingenieros estaban muy preocupados. Era lo lógico. Le estábamos pidiendo demasiado, demasiado pronto". El británico añadió que comunicarle la decisión al joven neozelandés fue "horrible", porque significaba cortar de raíz sus sueños. "A veces hay que ser cruel para ser amable", dijo.
Más allá de lo humano, el movimiento de Red Bull plantea interrogantes deportivos y estratégicos. ¿Por qué se apostó por un piloto tan inexperto para un asiento de máxima exigencia? ¿Por qué no se esperó al menos hasta el parón veraniego para evaluar su rendimiento en circuitos más familiares? La precipitación de la decisión sugiere que la cúpula técnica de Red Bull no tuvo nunca plena confianza en el plan, y que Horner se vio forzado a reaccionar ante la presión interna.
El aspecto más delicado es el que rodea a la salud mental del piloto. Horner reconoció que Lawson estaba “sufriendo” para adaptarse, una expresión que en la élite del automovilismo no puede tomarse a la ligera. El RB21, heredero directo del dominante RB20, exige precisión quirúrgica y capacidad de adaptación inmediata. No es un monoplaza para formar talento, sino para maximizar resultados.
Lawson, por su parte, se mostró dolido pero elegante. "No era algo que esperaba. Me habría ayudado correr en circuitos que ya conocía. Fue un inicio muy duro", declaró. Ahora será enviado de vuelta a Racing Bulls, donde compartirá equipo con el joven Isack Hadjar.
FALTA DE PACIENCIA EN RED BULL
El caso de Lawson pone de relieve un problema recurrente en Red Bull: la falta de paciencia con sus jóvenes talentos. Ya ocurrió con Pierre Gasly, Alexander Albon o Daniil Kvyat. Todos fueron quemados por el mismo fuego antes de madurar.
La gestión emocional de los pilotos está cobrando cada vez más importancia en la Fórmula 1. Lo que antes era visto como "falta de carácter", hoy se reconoce como sobrecarga mental. El propio Horner lo admitió: "Es horrible quitarle los sueños a alguien". La pregunta es si esa reflexión llegará a tiempo para evitar que la historia se repita con otros jóvenes.
Yuki Tsunoda asumirá el volante de Red Bull en Japón, su carrera de casa. Con experiencia acumulada y un carácter menos mediático, el japonés puede aportar estabilidad… pero el episodio Lawson deja una sombra. No solo sobre el futuro del piloto, sino sobre la filosofía del equipo que, una vez más, parece haber olvidado que el talento también necesita tiempo para florecer.
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