Hamilton se pasea en la 'siesta' de Spa

Lewis Hamilton procurará recomponerse del GP de Italia y buscará su sexta victoria de 2020

Lewis Hamilton procurará recomponerse del GP de Italia y buscará su sexta victoria de 2020 / AFP

Arnau Monserrat

Lewis Hamilton saca la manita a pasear. Quinta victoria de la temporada. Su paseo por Spa es una nueva prueba de que ha puesto el modo imparable y si quiere puede ganar todo lo que queda. Su superioridad es abrumadora y el séptimo Mundial cada vez está más cerca. Y eso que queda más de medio Mundial. Verstappen y Bottas completaron el podio de una carrera que no pasará a la historia por su emoción. Más bien aburrida por decirlo suave.

De hecho, la bomba de la carrera ocurrió antes de que empezara. Un problema en la unidad de potencia de Carlos Sainz derivó en otro problema en los escapes. No llegó ni a salir el piloto de Mclaren al que le persigue la mala suerte en este inicio de temporada. Si no son los errores en los boxes es la fiabiliadad.

Y si la única opción de ver una batalla entre Hamilton, Bottas y Verstappen era en la salida, el inglés se encargó de disipar cualquier intento de enseñar el morro. Un arranque perfecto, en la línea de su conducción durante todo el fin de semana, para mantener la 'pole' y tristemente ponerse medio triunfo ya en el bolsillo. Valtteri pidió atacar cuando apenas se habían rodado diez vueltas pero desde el box lo frenaron. Así tamoco hay manera de que el finalndés pueda recortar puntos. 

La carrera se estabilizó y el foco caía sobre un Leclerc que había ganado cuato posiciones en la salida pero que iba perdiéndolas a medida que pasaban las vueltas. Ver un Alpha Tauri pasar en la recta a todo un Ferrari da hasta pena. Inlcuso el Alfa Romeo de Räikkonen que monta el mismo motor.

La tranquilidad en pista terminó en el momento que Giovinazzi perdió el control de su monoplaza y terminó contra el muro. La mala fortuna del italiano la heredó George Russell que terminó también besando las protecciones después que una de las ruedas del Alfa Romeo impactara contra la suya y le rompiera la dirección. No merecía este final el de Williams que estaba completando otro fin de semana para enmarcar.

El Safety Car obligó a todos los pilotos a cambiar la estrategia y adelantar la parada para poner unos duros que funcionaban mejor de lo esperado. No sirvió para alterar la zona noble de la parrilla donde Hamilton seguía con su paseo por el trazado belga. El picante lo puso de nuevo Verstappen que se tiró a por la segunda plaza de Bottas.

¿Y la lluvia? Ni rastro. Ni viernes, ni sábado ni domingo. Y eso que iba a llover los tres días. El agua no llegó pero sí lo hizo el desgaste en los neumáticos duros de la mayoría de los pilotos que empezaban a plantearse una segunda parada. Max abortó su intento de asaltar el segundo cajón del podio porque aparecieron las temibles vibraciones que ya se vivieron en Silverstone. 

Si la carrera ya no había brillado por su emoción, con los pilotos guardando neumático se acabó la historia. El fantasma de Silverstone quiso aparecer pero acabó esfumándose. Sudando la gota gorda para llegar pero llegaron. Y como siempre, Hamilton el primero. El inglés cerró su quinta victoria del año y cuando se bajó del coche le dio un par de caricias a los neumáticos que lo respetaron. Bottas y Verstappen cerraron un podio que empieza a ser el habitual.

El desastre en Ferrari se consumó con la primera carrera con los dos pilotos terminando fuera de los puntos desde Gran Bretaña 2010. Diez años después. Catastrófico. Mención especial para un Ricciardo, cuarto, que demostró que el Renault ha dado un paso al frente. Augura buen futuro.