Hamilton gana con la suerte del campeón

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Hamilton celebró el título de constructores con sus mecánicos. / AFP

Arnau Montserrat

Lewis Hamilton ganó en Brasil con toda la suerte de cara. La suerte del campeón. La exhibición de Verstappen se quedó sin premio a pocas vueltas para el final cuando lideraba la carrera. Un toque con Esteban Ocon cuando el de Force India se intentaba desdoblar arruinó la carrera del de Red Bull. Hamilton recogió en bandeja de plata el regalo y lo culminó con victoria y el campeonato de constructores para Mercedes.

La salida la marcó el compuesto elegido. Los dos Ferrari perdieron posiciones con los neumáticos más duros. Bottas pasaba a Vettel y Kimi veía como Max Verstappen le pasaba también. El inicio de carrera del de Red Bull fue espectacular. Una vez se olvidó del finlandés se fue directo a por el otro Ferrari al que tardó una vuelta en pasar. Max se colocaba tercero mientras por detrás, los dos españoles ganaba dos posiciones cada uno y Sainz le ganaba la partida a Hulkenberg en un mano a mano donde se llegaron incluso a tocar. 

Lo que parecía una tranquila carrera para Mercedes se empezó a complicar con el paso de las vueltas y el desgaste de los neumáticos. Tanto Hamilton como Bottas empezaron a sufrir de 'blistering' y Verstappen no dudó en atacar. Se fue a por Bottas y tras varios intentos bien cubiertos por el finlandés de Mercedes, Max se coló en la primera curva, con poco espacio pero valiente como siempre para colocarse segundo y fijar la primera posición de Hamilton como objetivo.

Ferrari empezaba a carburar tras unas malas primeras vueltas y aprovechó el blistering de Bottas para lanzarse a por él. Los Mercedes no aguantaron más y ambos pararon los primeros de la cabeza de parrilla. Montaron el neumático más duro para llegar al final de carrera. Verstappen escalaba a la primera plaza y iniciaba una batalla a distancia con Lewis.

Team radios por todos lados para informar la situación de uno y otro. A Lewis sólo le pedía calcar los tiempos de Verstappen y eso hizo. Cuando el de Red Bull paró, Hamilton pasó 3 segundos por delante del holandés pero con diez vueltas más de neumático. Eso lo aprovechó Max para tirarse fácilmente encima de Hamilton y tratar de realizar un adelantamiento que podía valer algo más de media victoria. Lo hizo. A su estilo, valiente, agresivo, por fuera ante la impotencia de Hamilton. Poco se iba a imaginar lo que le iba a suceder.

Ocon, con neumático más nuevo se intentó desdoblar del de Red Bull en plena bajada de curvas, no aflojó el ritmo y se acabaron tocando. Verstappen trompeó, perdió la primera posición y de forma milagrosa pudo continuar en carrera en la segunda plaza. Ocon, de forma obvia, recibió una sanción y muy probablemente la enemistad de Max, porque lo tenía todo ganado.

Hamilton sin imaginárselo se encontraba líder de la carrera, con un Max con el monoplaza tocado, neumáticos pérdidos por el trompo, y media victoria en su bolsillo. Por detrás su compañero continuaba su remontada particular pasando a Vettel y Bottas confirmando el carrerón de los dos Red Bull. Lewis gestionó a las mil maravillas la distancia con Verstappen que cada vez era más pequeña pero con menos vueltas por delante.

El show de las últimas 5 vueltas lo montaron los dos Red Bull. Ricciardo en busca del tercer escalón del podio que al final no consiguió. Hamilton cerró lo que no pudo hacer en México. Ganó la carrera y ganó el Mundial de Constructores para Mercedes. Se arrodilló ante él en la celebración. Verstappen segundo y Kimi tercero cerraron el podio. Los dos españoles no puntuaron en Interlagos.