Ferrari resucita a Vettel bajo la noche de Singapur

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El dedo de Vettel volvió a brillar en Singapur. / EFE

Arnau Montserrat

Nadie daba un duro por él. Monza parecía el punto y final a su liderato en el equipo. Incluso a su carrera en Ferrari. Pero en la vida de Vettel se volvió a cruzar Singapur. Siempre le quedará el trazado de Marina Bay donde logró su quinto triunfo. Más que nadie. Se la arrebató a un Leclerc que fue víctima de la estrategia de Ferrari. Era el líder antes de las paradas y no le devolvieron la posición en pista. Un pequeño incendio entre el monopoli ferrarista.

Una salida tranquila entre los peces gordos, sin sobresaltos para un Leclerc que defendió la primera plaza de Hamilton. El que no corrió la misma suerte fue Sainz que se cruzó con un gato negro como mínimo durante el verano. Hulkenberg se lo llevó por delante y le clavó una de las ruedas bajo el fondo plano. Parada en boxes y carrera arruinada. La tercera consecutiva.

Las batallas eran de distancia corta. Leclerc lideraba con un Hamilton que no se despegaba. Un segundo y medio como máximo era la meta que se marcaba el inglés. Lo que parecía una carrera tranquila acabó por convirtiéndose en una tormenta. Sobre todo en Ferrari. Vettel fue el primero en parar y le salió redondo al cuatro veces campeón del mundo. Cuando Leclerc paró salió por detrás de su compañero.

La situación sorprendió al monegasco que pasaba de liderar a estar por detrás de un Vettel al que le estaban regalando media carrera desde el box. Sin intención pero la realidad era esa. El baile de radios empezó a subir de tono y Leclerc no reparaba en guardar su enfado. Lo hizo público pero nada cambió. Sin órdenes de equipo para devolverle el triunfo.

Otros que se auto eliminaron de la lucha por la victoria fueron los Mercedes. Una estrategia tardía, sin reacción a la de Ferrari que hundió a Lewis de la segunda a la cuarta posición. Ni con los neumáticos más nuevos pudo remontar. También le afectaron los dos Safety Cars que salieron de forma consecutiva por los abandonos de Russell y Pérez.

El último a 15 vueltas para el final que abrió una mini carrera entre los dos Ferraris. Leclerc, como animal enjaulado, poco permiso preguntó para poder atacar a Vettel: "Quiero toda la potencia de motor" a lo que su ingeniero le contestó: "No hagas nada estúpido Charles". Ya no está para tonterías la joven perla. 

A la hora de la verdad no se atrevió con el alemán. Intentó forzar el error de un Vettel que hoy sí demostró su nivel de pilotaje. Independientemente de cómo llegó a la primera plaza. Más de un año después el alemán volvió a saborear el 'champagne' de la victoria que se le atragantó a Leclerc. Traerá cola el movimiento de Ferrari.

Eso sí, el fiasco del fin de semana se lo lleva Mercedes. Llegaron como favoritos y no han tocado ni el podio. Batidos incluso por el Red Bull de Verstappen. Hamilton piensa en campeonato.