Ferrari, en el ojo del huracán

Leclerc y Vettel, en Austin

Leclerc y Vettel, en Austin / AFP

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Ferrari ha entrado en crisis. De la euforia que se derivó de sus victorias tras el paréntesis estival se ha pasado a una nueva depresión. Los de Maranello vivieron en Austin su peor fin de semana en meses, con un coche sin ritmo ni velocidad y con los problemas sucediéndose uno detrás de otro, que les llevó a cuajar la peor actuación conjunta del año. Charles Leclerc fue cuarto sin ninguna opción y con un primer pitstop desastroso y Sebastian Vettel, que salía segundo, tuvo que abandonar por la rotura de un brazo de la suspensión trasera después de una carrera penosa.

La actuación de la Scuderia en Estados Unidos ha disparado el rumor de que habían estado haciendo ‘trampas’ durante las últimas carreras y que el cambio de normativa de la FIA, que antes de Austin advirtió que iba a vigilar el flujo de gasolina, provocó su caída en picado. La FIA ha instalado un segundo sensor en todas las unidades de transmisión que mide el flujo de energía. El segundo sensor se utiliza para monitorizar la salida de energía de la batería y desde los grandes premios de Singapur y Rusia, los datos del GPS muestran cómo los Ferrari no han tenido ese impulso de potencia extra en las rectas que sí tuvo en las anteriores carreras.

La caída en cuanto rendimiento provocó que las dudas sobre la legalidad del bólido fueran en aumento y Max Verstappen desató la polémica al acusarles abiertamente de que habían estado haciendo trampas.

“No estoy sorprendido. Para mí no es tan raro que hayan rendido así, podéis imaginar el porqué vosotros mismos”, dijo el holandés en la rueda de prensa posterior a la carrera. Cuando se le indicó que los pilotos de Ferrari dijeron que sufrieron con el agarre, respondió con una sonrisa irónica: “Sí, ya...”, añadiendo que “es lo que pasa cuando dejas de hacer trampas, por supuesto”.

Las ‘excusas’ de Ferrari

Ferrari, por el contrario, insistía en que la nueva directiva técnica no alteró “en nada” su unidad de potencia y explica que el paso atrás que experimentaron estaba relacionado con la carga aerodinámica. La explicación que dan es que durante la temporada han llevado configuraciones de alerón más bajas en comparación con sus rivales para aumentar su velocidad en las rectas, perdiendo con respecto a Mercedes y Red Bull en curva. Mattia Binotto reveló tras el desaguisado que en Austin probaron una filosofía de mayor carga aerodinámica para ver cómo afectaba eso a su ritmo respecto sus principales rivales.

“La compensación entre el límite de agarre y el límite de potencia ha cambiado este fin de semana, ya que decidimos probar para intentar igualarles en curva. Creo que es tan simple como eso”, apuntó el director de la Scuderia.

Otra explicación plausible al analizar el rendimiento de velocidad en recta de los Ferrari es que Charles Leclerc utilizó un motor viejo después de la fuga de aceite que tuvo en los libres. El equipo decidió para no penalizar montarle una unidad de potencia Spec 2 de menos potencia, la que había utilizado entre las carreras de España y Hungría.

Precisamente, el monegasco fue el encargado de contestar a Verstappen. “Para ser honestos, creo que es una broma, porque no tiene ni idea”, remarcó.