Ferrari, de Fernando Alonso a Carlos Sainz

La estructura que se encuentra Sainz en Maranello, once años después de la llegada de Alonso

Nueva cúpula y jerarquía, pero mismo nivel de exigencia y presión por conseguir títulos

Sainz, en su primer día de rojo

Sainz, en su primer día de rojo / Scuderia Ferrari

Laura López Albiac

Laura López Albiac

La pasada semana Carlos Sainz se puso por primera vez al volante de un Ferrari. Once años después de que Fernando Alonso comenzara su particular historia en Maranello, el madrileño se ha encontrado un equipo muy diferente en cuanto a jerarquía y estructura respecto a la etapa del asturiano, pero con la misma exigencia y presión mediática de siempre. Al fin y al cabo, cuando uno va a Ferrari ya sabe a lo que se enfrenta. La Scuderia es mucho más que un equipo de Fórmula 1. En Italia es casi una ‘religión’.

Una década ‘movida’

Alonso debutó de rojo en Bahrein, en 2010. La aventura comenzó de la mejor forma posible, con victoria, pero aquella primera temporada terminaría siendo una absoluta frustración para Fernando, que perdió el Mundial por un error estratégico en la última carrera en Abu Dhabi.

Por aquel entonces el elegante y carismático Luca di Montezemolo presidía la compañía. Y el área deportiva era cosa de Stefano Domenicalihoy nuevo presidente de la F1 con Liberty-, que aportaba serenidad en los momentos difíciles y mantenía una excelente relación con Alonso.

Como ha ocurrido recientemente con Sebastian Vettel, la historia de ‘amor’ de Alonso y Ferrari fue desgastándose progresivamente, con cada decepción, con cada temporada que pasaba sin alcanzar el título. Así que en 2014, cuando Marco Mattiacci sustituyó a Domenicali, Fernando dijo “basta”.

John Elkann, tataranieto del fundador de FIAT, Giovanni Agnelli, es ahora el presidente de Ferrari. También ejerce de CEO provisional tras la dimisión de Louis Camilleri, que llegó a la empresa en 2018 tras el fallecimiento de Sergio Marchionne. La Scudería ha tenido cinco directores ejecutivos en una última década muy ‘movida’ en lo que respecta a la cúpula económica.

La gestión deportiva del equipo pasa por Mattia Binotto, que junto a Camilleri fue uno de los avaladores del fichaje de Carlos Sainz para relevar a Vettel. Hace años, cuando el ‘gurú’ técnico James Allison se fue a Mercedes, Binotto repartió el poder en varios sectores, creando un departamento de desarrollo con Enrico Cardile (chasis), Enrico Gualtieri (motor) y el director deportivo, Laurent Mekies.

En cuanto a Sainz, heredará el equipo de trabajo de Vettel, liderado por Riccardo Adami, que lleva 20 años en la F1 y en sus inicios, en Minardi, coincidió precisamente con Alonso. El ingeniero Steven Petrik, el mecánico Filippo Milani y el asistente Calum MacDonald completan el grupo que guiará al piloto madrileño en su primera temporada vestido de rojo.

Igual que hace once años, cuando Alonso ‘aterrizó’ en Ferrari, la gran preocupación en Maranello es el rendimiento de su monoplaza, que en 2009, con Massa y Raikkonen, no había acabado ni entre los tres mejores en la clasificación de constructores. En 2020, Leclerc y Vettel también tuvieron que lidiar con un coche nefasto y el botín fue de solo tres podios (dos Leclerc, uno Vettel) en otra temporada para olvidar.

Así que como Alonso, sobre las espaldas de Sainz también recae el peso de encarrilar la situación de la Scuderia y volver a ilusionar a sus 'tifosi'. Por si acaso, Binotto ya ha dicho que “no habrá número uno y dos, Carlos y Charles están aquí para ganar carreras”.