Alonso y el reto de la Triple Corona

Alonso, ya ha conseguido tres triunfos en el WEC esta temporada

Alonso, ya ha conseguido tres triunfos en el WEC esta temporada / AFP

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Fernando Alonso vuelto a demostrar en las 24 horas de Le Mans que si dispone de las mejores ‘armas’ es imbatible. El Toyota TS050 Hybrid, el coche más poderoso este año en la carrera de La Sarthe, le ha permitido exprimir su talento, que en la Fórmula 1 lleva demasiados años ‘congelado’ por culpa de malas elecciones y de monoplazas que le llevan a competir en clara inferioridad.

La frustración por estas circunstancias es precisamente lo que le convenció de que si quería crecer como piloto, debía explorar sus límites fuera de las fronteras de la F1. Al estilo de las antiguas leyendas. Y ahí es donde entra en juego el sueño de la ‘Triple Corona’.

el desafío

Alonso empezó a darle vueltas a la idea hace ya varios años, tras dejar Ferrari sin poder ser campeón. Si aspiraba a ser un piloto completo no bastaban sus dos títulos de F1 (2005, 2006), ni sus 32 victorias, que le sitúan como sexto en el ranking histórico.  Se propuso un reto: igualar la gesta de Graham Hill, el único capaz de ganar las tres pruebas reinas del automovilismo: el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans.

Hill ganó cinco veces el GP de Mónaco de F1 (1963, 64, 65, 68 y 69), también las 500 Millas de Indianápolis (1966) y acabó conquistando las 24 Horas de Le Mans (1972). Además, fue bicampeón mundial de F1 (1962 y 68). Falleció en accidente de aviación en 1975.

La ‘Triple corona’ no parecía un objetivo inalcanzable para Alonso y al contrario, ha acabado convirtiéndose en un extraordinario estímulo a sus 36 años, cuando el asturiano se encuentra en la recta final de su carrera en la F1.

Fernando ha ganado dos veces en Mónaco: en 2006 con Renault y en 2007 con McLaren. El pasado año dio la ‘campanada’ al renunciar a la carrera del Principado para disputar, en la misma fecha, las 500 Millas. Su debut fue espectacular, así como la repercusión mediática que generó su presencia en la parrilla de la mítica prueba estadounidense. Aún así, Alonso abandonó a 21 vueltas del final por un fallo del motor Honda.

Eso le llevó a una conclusión: para Le Mans debía asegurarse el mejor volante. Y Toyota se lo puso en bandeja de plata. Tan segura era la apuesta que Fernando se ha atrevido a alternar esta temporada los Mundiales de F1 y Resistencia (WEC), un calendario de locura, con 26 carreras por todo el planeta.

Sin competencia directa en LMP1, los dos TS050 Hybrid fueron imparables ya en la prueba inaugural del WEC en Spa, donde Alonso se reencontró con la victoria después de cinco años de ‘sequía’ en la F1. La victoria en Le Mans, el domingo, deja a los dos Toyota al frente de la clasificación del WEC. El coche #8, de Alonso, Buemi y Nakajima, lidera con 65 puntos 20 por delante la unidad #7, de Conway, López y Kobayashi.

Tras conquistar Le Mans, el Mundial de Resistencia es ahora un objetivo añadido, un plus para Fernando, que sumaría un  tercer título a los dos que posee en F1. Sin embargo, su prioridad es repetir en Indianápolis para intentar ganar. Es el último paso que le falta para completar el ansiado ‘triplete’.

Solo 12 pilotos en la historia han logrado el triunfo en dos de las tres pruebas. Y el único en activo es el colombiano Juan Pablo Montoya, ganador en Mónaco e Indianápolis. Alonso intentará su asalto definitivo en 2019. McLaren planea incorporarse a la IndyCar con un programa completo, aunque todavía está por ver si el asturiano dejará la F1 para centrarse exclusivamente en la aventura americana. Esa gran incógnita se resolverá, según Fernando, "después del verano".