Domenicali, el hombre de consenso

Alonso y Domenicali, en sus tiempos en Ferrari

Alonso y Domenicali, en sus tiempos en Ferrari / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Stéfano Domenicali (Imola, mayo de 1965) es uno de los personajes más queridos de la F1 y nunca un nombramiento de ese calado ha sido tan bien acogido. Por unanimidad. El italiano sustituirá a partir del 1 de enero a Chase Carey como presidente y CEO de la F1, una apuesta de Liberty Media por el diálogo y las formas ante la nueva etapa que se avecina en 2022.

Domenicali trabajó 30 años en la Scuderia Ferrari, sucediendo en 2008 a Jean Todt al frente de la Gestión Deportiva, siendo uno de los principales artífices del fichaje de Fernando Alonso en 2010, junto con Emilio Botín, manteniéndose en el cargo hasta su renuncia a mediados de 2014 por los malos resultados del equipo. Con anterioridad, desde 1998, había sido el director deportivo de la Scuderia y la mano derecha del hoy presidente de la FIA.

Pasión por el automovilismo

Tras su salida de Ferrari fichó por el grupo Volkswagen, trabajando primero para Audi y en 2016 le pusieron en la dirección de Lamborghini, marca que bajo su dirección ha sufrido un enorme crecimiento y consiguió un récord de ventas hasta 2019. Su hobby son las carreras, a las que nunca ha dejado de lado, y de la mano de Todt ha seguido muy atentamente la evolución de las jóvenes promesas, siendo el presidente de la Comisión de Monoplazas de la FIA.

Después de Bernie Ecclestone y Chase Carey se convierte en el tercer hombre que pasa a dirigir la F1 moderna. A sus 66 años, el americano nunca pensó quedarse mucho tiempo en el cargo, siendo su objetivo alcanzar un acuerdo con los equipos para firmar un nuevo Pacto de la Concordia. Hoy todos ya han firmado los términos comerciales para los próximos cinco años y Chase Carey, que tomó el relevo de Bernie Ecclestone como CEO en enero de 2017, cuando se completó la adquisición de la F1 por parte de Liberty Media, ha decidido dar un paso al lado.

Stéfano Domenicali, amable, educado y con una sonrisa perenne, se perfila como el eje de esta nueva F1 que tenemos que vivir a partir del 2022. Los cambios previstos son tan grandes que se perfila el fin de la era Mercedes, aunque ello hasta que no lo vea no lo creeré.