El análisis del GP de Francia de Fórmula Uno

Hamilton, cruzando como vencedor bajo la bandera a cuadros

Hamilton, cruzando como vencedor bajo la bandera a cuadros / Mercedes Media

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Lewis Hamilton ha conseguido en el GP de Francia la sexta victoria de la temporada en ocho carreras, la cuarta consecutiva y la 79ª de su carrera deportiva y ha aumentado la diferencia al frente del campeonato a 36 puntos con respecto a Valterri Bottas. El inglés ha puesto la directa hacia su sexto título mundial tras una carrera que ha dominado con tanta superioridad que resultó dura de digerir. Gran carrera de Carlos Sainz, que ha terminado sexto, como en Mónaco, reafirmando el paso hacia delante que ha dado McLaren.

1.- Hamilton, entre el mito y el aburrimiento

El triunfo de Lewis Hamilton en el Paul Ricard no ha tenido más historia que otro paseo triunfal, ya que el inglés ha dominado de principio a fin, controlando con autoridad y liderando una carrera que su propia grandeza la ha convertido en anodina y aburrida, una de las más plácidas que se le conocen, porque las posiciones han quedado muy clarificadas en las primeras vueltas y apenas ha habido luchas de tú a tú en la pista, ni tan siquiera con su propio compañero de equipo.

En Francia, como ya se evidenció en entrenamientos, Mercedes jugaba en otra división. Los 18 segundos que le ha metido Hamilton a Bottas lo reflejan con claridad, como el hecho de que a dos vueltas del final haya marcado la vuelta rápida con neumáticos que llevaban 30 vueltas y que solo le ha arrebatado Vettel en el último giro tras parar a poner un juego de gomas nuevas de las más blandas. El finés sí se ha visto presionado por Charles Leclerc, pero la diferencia entre Mercedes y Ferrari ha sido total. El monegasco, que se ha quedado a 9 décimas, ha sumado su tercer podio con sabor agridulce. Pero no sólo es el coche, sino también el piloto. Hamilton está en su mejor momento y la unión de la máquina con el hombre hace que estemos ante una de las temporadas más insulsas y anodinas que recuerdo.

2 Sainz, brillante; McLaren, en alza

McLaren se ha erigido en la sorpresa de este Gran Premio. El monoplaza ha dado un importante salto al frente y ello ha permitido mostrarse a Carlos Sainz como un piloto sólido, que comete pocos errores y que conduce con una solvencia impresionante. En Paul Ricard ha gestionado la carrera con una gran madurez deportiva. La salida fue para enmarcar. Fue tan ambicioso como prudente y llegó a luchar por situarse tercero. Se mantiene séptimo en el campeonato de pilotos después de ocho carreras y su contribución es clave para que McLaren siga cuarto en el de constructores. Los de Woking celebraron entre aplausos el resultado del sábado. No habían hecho la pole, pero sí la mejor calificación en cinco años, desde Italia 2014, cuando Magnussen y Button firmaron un 5º y un 6º puesto en Monza, aún con motor Mercedes, el primer año del motor híbrido. Desde entonces y hasta Francia, travesía en el desierto. La evidencia es que McLaren al fin ha hecho este año un buen coche.

3 Vettel cada vez más cuestionado

La Scuderia parecía el equipo más fuerte en la pretemporada y empezaron en Australia como los grandes favoritos al título. La realidad, sin embargo, ha sido muy dura para el equipo que dirige Mattia Binotto, ya que salvo en dos carreras -Bahrein y Canadá- han estado muy lejos de Mercedes y, por el contrario, cuando lo han tenido en sus manos han sido problemas de fiabilidad y errores de pilotaje o estrategia lo que lo han echado al traste.

La Scuderia ya ha perdido la temporada. No tienen nada que hacer, pese a que hay trece grandes premios por delante y matemáticamente todo es posible. La trayectoria al alza de Charles Leclerc, que ha logrado su tercer podio, mitiga los destrozos, pero Sebastian Vettel volvió a demostrar en Francia que está muy lejos de ser quien fue. No sé qué pasará en el futuro, lógicamente, pero su continuidad entre los de Maranello pende hoy de un hilo. De hecho, en Italia ya ha empezado la campaña de acoso y derribo y el alemán ha borrado de su cara su eterna sonrisa. Se insiste en la posibilidad de que será sustituido por Fernando Alonso en 2020, pero no lo creo, sinceramente, aunque tengo claro que en la Fórmula Uno nunca puedes decir ‘nunca, jamás’.