El análisis del GP de Portugal de F1

Lewis Hamilton volvió a ganar y Verstappen volvió a ser su principal adversario

En Portimao lucieron los primeros ‘brotes verdes’, es decir, un Alonso rápido, constante y ambicioso, con carácter en la pista

Hamilton volvió a ganar en Portugal

Hamilton volvió a ganar en Portugal / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

1/ Hamilton, la solvencia personificada

Lewis se tomó la revancha de Imola y refrendó en la montaña rusa de Portimao que quien quiera ganarle tiene que hacerlo todo perfecto, además de un coche extraordinario y buenas dosis de suerte en los momentos cruciales. Verstappen volvió a ser su principal adversario, pero esta vez el holandés fue vulnerable ante un Hamilton que se exhibió en una pista que el viento convirtió en muy complicada.

No fue una victoria ni fácil ni cómoda, ya que para conseguirla tuvo que pasar en pista a Verstappen, que le había pasado en la resalida al quedarse atrapado tras Bottas, probablemente su único error, y después a su compañero de equipo. A partir de ahí, sin rival. Ha ganado dos de las tres carreras disputadas y ya tiene una ventaja de 8 puntos (69 a 61) con respecto a Max. El siguiente acto se dilucidará el próximo domingo en Montmeló, donde al igual que en Portugal no habrá público en las gradas. 

2/ Las dos caras de Bottas

Valtteri Bottas, que el sábado logró la pole position, la 17ª de su carrera, volvió a fracasar en carrera y la tercera posición final sabe a muy poco en un año en el que Red Bull ha dado un paso al frente y todo apunta a que la batalla por el título se puede decidir por detalles. El finlandés no ha convertido en victoria ni un 30% de sus poles. Cuando son tan superiores como los últimos siete años este dato queda como una anécdota, pero cuando hay la igualdad actual le pone en el disparadero.

En Portimao mantuvo las distancias con Hamilton en la primera parte de carrera, pero después el inglés le pasó como un obús en pista y, superado por Verstappen en estrategia, fue incapaz de adelantar al holandés con un coche más rápido. Marcar la vuelta rápida queda como un consuelo, al igual que la tercera plaza del podio, pero sigue sin estar a la altura y ello no se puede esconder.

3/ Alonso ya se deja ver

Después de dos años de ausencia de la F1 la vuelta no es nada fácil, tanto por el ritmo de la competición y el hecho de que los coches han cambiado sustancialmente como, especialmente, porque este Alpine no tiene nada que ver con el McLaren que conducía en 2018. La adaptación, con un solo día y medio de pretemporada, es más que complicada y el asturiano, que ha sido superado en las tres carreras por Esteban Ocon, no ha dudado nunca en sus posibilidades.

En Portimao lucieron los primeros ‘brotes verdes’, es decir, un Alonso rápido, constante y ambicioso, con carácter en la pista. En resumen, el Fernando de toda la vida. Salvo el paréntesis de la clasificación, donde el coche perdió velocidad, el resto del fin de semana fue positivo, desde las primeras tandas de entrenamientos a la carrera, en la que acabó octavo tras mostrar un buen ritmo. Alonso ya se deja ver. Una gran noticia.