El análisis del GP de España de Fórmula Uno

Salida trepidante en Montmeló

Salida trepidante en Montmeló / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Imponente victoria de Lewis Hamilton en el 49º GP de España, donde se sacó la espina de Azerbaiyán y recuperó el liderato del campeonato después de conseguir su tercera victoria de la temporada y el tercer triunfo consecutivo en Barcelona. El británico, que hizo una carrera impecable, sustentó el triunfo en una gran salida, mientras que los Ferrari volvieron a fallar y quedaron fuera del podio. Un brillante Carlos Sainz llevó al McLaren hasta los puntos en un fin de semana que invita a la esperanza en cuanto a la continuidad del GP de España después de 29 años ininterrumpidos en Barcelona.

1.- ¿Por qué salió tan mal Bottas?

A Valtteri Bottas se le escapó la victoria en la salida. Saliendo desde la Pole Position, le adelantó Lewis Hamilton en la primera curva y se tuvo que conformar con la segunda plaza, por delante de Max Verstappen. ¿Por qué salió mal? El finlandés, que el sábado había logrado la pole position, determinante en muchas ocasiones aquí, ya que de las 28 ediciones anteriores 21 habían acabado con el poleman como ganador, le falló el embrague cuando se apagó el semáforo y su compañero de equipo cogió unos metros de ventaja que fueron decisivos.

A partir de ahí, no hubo historia. Hamilton tuvo mejor ritmo en carrera y al ir delante disfrutó de la estrategia óptima, incluso cuando salió el coche de seguridad. Mercedes sumó su quinto doblete en cinco grandes premios, refrendando que la igualdad que se auguraba con Ferrari ha pasado a mejor vida. La diferencia al frente de la clasificación, donde los pilotos de Mercedes tienen 112 puntos (Hamilton) y 105 (Bottas), empieza a ser desesperante. El tercero es Max Verstappen, con 66 puntos, dos más que Sebastian Vettel con el primer Ferrari.

2.- Un destello de Sainz

A los pilotos les pedimos en muchas ocasiones que muestren destellos de calidad para que su nombre brille y haga crecer su estela de cara al futuro. Carlos Sainz lo hizo esta vez en Barcelona. Lo intentó en Bahrein cuando trató de adelantar a Verstappen y le salió mal porque estuvo blando ante un piloto que siempre va al límite. En este Gran Premio, por segunda carrera consecutiva, no solo se colocó en los puntos y sacó petróleo a su McLaren, sino que demostró que es un piloto extraordinario, estando por delante de las prestaciones del monoplaza. Agresivo cuando tocaba y conservador cuando la ocasión lo requería, su actuación es clave para que McLaren conserve la cuarta plaza en el campeonato de constructores. Sus adelantamientos a Ricciardo -en Renault se deben estar tirando de los pelos-, Albon, Kvyat y Grosjean, dejaron la marca de la casa. Este Sainz apunta alto.

3.- Voluntad para que la F1 se mantenga

Durante las dos últimas semanas la continuidad o no del GP de España en Barcelona ha estado en boca de todos. Unos han abogado porque esta 29ª edición era la última, poniendo sobre la mesa incluso la opción de que se vaya a Jerez, y otros se muestran esperanzados en mantener una prueba que da vida al circuito pero también al territorio. La visita del President Torra no cambia nada, desde luego, pero si es una muestra clara de la voluntad del Govern por mantener una prueba de gran relevancia a nivel mundial que ofrece, además de imagen, importantes ingresos en muchos sectores de nuestra economía.

Debo confesar que el jueves era pesimista. Quería ser optimista, pero las informaciones que me llegaban no permitían serlo en exceso. Después de cuatro días han cambiado las cosas después de constatar que la Fórmula Uno se encuentra realmente cómoda en Barcelona, que los pilotos y equipos lo avalan sin complejos y también que las puertas se mantienen abiertas. Es una negociación compleja, que nadie sabe cómo puede acabar y que puede acarrear no ser la primera carrera europea. Ambas partes están buscando soluciones imaginativas, que no se pueden cerrar en una semana y este intento de acercamiento es el que me hace ser hoy positivo.