"Comparar a Alonso con Schumi es como hacerlo con Cristiano y Messi"

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Alonso y Schumacher tras el mítico Gran Premio de Imola. / EFE

Arnau Montserrat

Imola 2005. Quizás una de las mejores batallas de la historia de la Fórmula 1. Una defensa de un casi novato Fernando Alonso ante los ataques de un siete veces campeón del mundo. Un Ferrari ante un Renault que alcanzaba su pico de rendimiento entre esa temporada y la de 2006. El asturiano dejaba una de sus primeras clases magistrales cruzando la línea de meta en primera posición después de aguantar innumerables vueltas con el 'Káiser' detrás. La corona del alemán se tambaleaba.

Fue el año del primer Mundial de Fernando Alonso en la Fórmula 1 y el enganche final de una afición española reticente a seguir el deporte rey del mundo del automovilismo. Imola no fue más que una semilla que dio sus frutos a final de temporada. La primera batalla cuerpo a cuerpo entre el que debía ser el heredero al trono y el rey en plena dinámica de abdicación. En Sao Paulo se coronó: "Sí, toma, toma, toma", retumba entre los millones de aficionados que pueden hasta oír los gritos en esta frase del 'Nano' al bajarse de su Renault azul y amarillo.

Schumacher no peleó el Mundial hasta el final. Ferrari centró esfuerzos en 2006 donde sí fueron los rivales directos de la marca del rombo que de nuevo peleaba entre los grandes de la mano del asturiano. Suzuka. Penúltima carrera del año. Michael por delante, Alonso segundo. El alemán acariciando una gran remontada en el Campeonato Mundial. Y de repente... lo impensable. Un motor Ferrari fallando. Dejando tirado a un Schumacher que no se lo creía. Alonso en su propio 'cockpit' sacando el puño. Ni en sus mejores sueños. Ahí sí le acompañó la fortuna. No como en 2007 o 2010 o 2012...

Una rivalidad que se quedó corta para los amantes de este deporte pero que sirvió para ver al que, para muchos, es considerado el mejor de todos los tiempos y a un Fernando Alonso que empezaba a escribir sus páginas de oro en la F1. Briatore, alma del equipo Renault, rememora la rivalidad y lo hace con un símil futbolístico. ¿Quién es Messi y quién es Cristiano? No se la juega: "Fernando es como un rotweiler, nunca se da por vencido. Michael era similar a Fernando en pista pero diferente fuera de ella. Siempre se encargaba de llevar a todo el mundo al límite dentro del equipo. Pero es imposible decir quien era mejor. Es como comparar a Messi con Cristiano", afirmó el italiano. Quizás en el símil futbolístico sí que está más claro.

Briatore aprovechó para analizar el movimiento de Alonso cuando cambió a Renault por Mclaren después de dos Mundiales de pilotos y dos de Constructores: "Si Alonso no se hubiera ido a McLaren en 2007 hubiéramos ganado el mundial por tercer año consecutivo con él", dijo convencido el italiano que aprovechó para atizar la gestión de Ron Dennis que terminó en desastre dentro de los de Woking: "Ron en su día fue una persona muy arrogante, se pensaba que era superior a los demás. Lo que Ron nunca terminó de entender fue cómo gestionar correctamente a un piloto".