31 Gran Premio en Montmeló… ¿será el último?

El contrato con Liberty termina este fin de semana y la incertidumbre se mantiene de cara al 2022 y años venideros

El clima político no ayuda, pero el Circuit trabaja con el ánimo de mantener una prueba que ya es un clásico en el calendario

El Circuit espera repetir en el futuro ediciones exitosas y con público en las gradas

El Circuit espera repetir en el futuro ediciones exitosas y con público en las gradas / M. Rovira

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El Circuit de Catalunya cumple este fin de semana el 31º GP de España de F1 ininterrumpido, una gesta que solo superan otros tres trazados europeos del calendario –Hungaroring, Monza y Silverstone- y la efemérides llega en un momento en el que se han generado muchas dudas sobre su continuidad. Se ha convertido en la pregunta del millón de dólares.

“Honestamente, no creo que este sea el último Gran Premio que se haga en España. Tengo la esperanza de que haya futuro para la carrera de Barcelona. Hemos hecho muchos tests de invierno aquí y para la F1 creo que ha sido muy bueno venir a España durante estas últimas décadas. Muchos patrocinadores se han unido a la disciplina, se creó un equipo, ahora hay dos pilotos españoles otra vez en la parrilla. Intento pensar en positivo respecto al futuro de este Gran Premio, aunque obviamente no está en mis manos, es solo una esperanza”, apunta Fernando Alonso.

La esperanza y optimismo de Alonso es compartida por muchos pilotos de la parrilla, pero la inquietud es notable cuando la discusión se traslada a los despachos. Liberty Media, que tiene un calendario de 23 carreras, tiene cola para formar parte de un espectáculo que está de moda. El canon que hay que pagar está alrededor de los 25 millones de dólares, una cifra muy elevada y que obliga al Govern de la Generalitat a tapar agujeros cada año.

El balance entre beneficios y costes se decanta claramente por el primero, pero quien gobierna las instituciones no parece predispuesto a seguir invirtiendo y hace años que se van dando largas a la hora de renovar el acuerdo. La prolongación del contrato se negocia, pero no se concreta y llevamos dos años con un acuerdo de mínimos.

Liberty Media, a quien no ha sentado nada bien que aquí se cerraran las puertas a los fans mientras al Godó se permitía la entrada a mil aficionados, quiere un contrato a medio plazo –de tres a cinco años- o habrá cambios pese a tratarse de uno de los circuitos emblemáticos del calendario. La lista de espera es larga. La presencia a última hora de mil abonados es una muestra de buena voluntad hacia un promotor que quiere cobrar lo que estipula el contrato.