Entrevista a Miquel Suqué, presidente de Hispano-Suiza

Miquel Suqué: "El futuro ideal sería hacer un segundo coche"

El presidente de Hispano-Suiza explica la propuesdta de la marca antes de presentar su primer coche en 80 años.

Miquel Suqué, presidente de Hispano-Suiza.

Miquel Suqué, presidente de Hispano-Suiza. / HISPANO-SUIZA

Àlex Soler

Àlex Soler

Hispano-Suiza presentará un deportivo eléctrico en el Salón de Ginebra. Este vehículo supondrá el primer modelo que fabricará la marca de Barcelona en 80 años y solo producirán 19 unidades. En 2001, sin embargo, la firma de la cigüeña presentó un prototipo de deportivo en el mismo salón frutode una colaboración con la empresa ingeniera Mazel. Aquella vez, no obstante, Hispano-Suiza no quedó satisfecha, ya que Mazel no dejó que sus propietarios se implicaran como querían. Ahora, en cambio, la firma catalana vuelve con toda la ilusión gracias a la colaboración con QEV Technologies, una empresa con sede en Barcelona que ha sabido plasmar en un vehículo toda la esencia de la marca.

¿El coche que viene ahora es fruto entonces de una asociación? 

Sí. En 2001 presentamos un prototipo en Ginebra con motor de explosión. Yo creo que allí nos precipitamos. Ellos [Mazel] lo hicieron todo. Yo quería participar pero no pudimos. Con nuestros nuevos socios hemos conseguido que ellos entiendan que es Hispano-Suiza y que juntos lleguemos a un acuerdo en todo.

¿Dónde se fabrica?

En Barcelona. Hispano-Suiza empezó en Florida y después en Sagrera. Yo lo que quería era hacer el coche en Barcelona y lo hemos conseguido con un grupo de 40 personas que son ingenieros, mecánicos y diseñadores. Es el renacimiento de Hispano-Suiza y el espíritu se mantiene. Aun así, yo creo que la marca no ha muerto nunca, sino que ha seguido en nuestra familia y ha estado en la cabeza y el corazón de mucha gente. Como mínimo, en el corazón de los propietarios de 1.000 coches que aún funcionan en el mundo en países como México, Australia, España o Francia… Me han escrito personas de todo el mundo cuando salió la noticia del nuevo coche. Es maravilloso.

¿Cuál es la propuesta de Hispano-Suiza en el futuro más cercano? ¿Habrá más coches?

 Es la pregunta del millón y forma parte de la reflexión que debemos hacernos próximamente. Creo que aún no estamos en el punto de pensar qué haremos en el futuro porque primero tenemos que ver cómo funcionan estos 19 coches que fabricaremos, la respuesta del mercado y que todo funcione. Después nos plantearemos qué hacer.

Yo lo que nunca he querido es ir a un gran fabricante y venderles la marca para que hicieran lo que quisieran porque pese a que es mucho dinero es una empresa familiar. Hispano merece algo más, un valor añadido que creo que le estamos dando.

"Yo quería hacer el coche en Barcelona y lo hemos conseguido con un grupo de 40 personas que son ingenieros, mecánicos y diseñadores. Es el renacimiento de Hispano-Suiza y el espíritu se mantiene".Miquel Suqué, presidente de Hispano-Suiza.

¿Cuál es la propuesta de la marca en el Salón de Ginebra?

Si podemos llevaremos un Dubonnet Xenia a Ginebra y pondremos al lado el nuevo Carmen. El decorado lo estamos estudiando aún pero queremos que sea algo muy bonito. Tenemos que combinar deportividad actual con las tendencias del siglo XX. Hay un diseñador que nos está haciendo varias propuestas de diseño de estand y está quedando algo muy bonito.

¿Estaréis en el Automobile Barcelona?

Estaremos. No teníamos previsto ir al Automobile Barcelona. Nuestra intención, para acercarnos más a nuestro perfil de cliente, era asistir a Ginebra, a Pebble Beach y buscar un tercer salón asiático. Barcelona quedaba fuera de nuestro radio de acción. Enrique Lacalle [presidente del salón] nos preguntó si iríamos y le dijimos que no. No somos un gran fabricante y no tenemos presupuesto para ir. De hecho, dependemos de las ventas de las primeras unidades para poder ir a más salones más allá de Ginebra. Lacalle insistió que debíamos estar y nos apoyó para que estuviéramos por la tradición de la marca y la importancia de la firma para la ciudad de Barcelona. Si podemos estará en Barcelona el Dubonnet original junto al Carmen, que estará seguro.

Entonces la marca quiere estar en Ginebra, Barcelona, Pebble Beach…

Todo se está gestionando. De hecho, tampoco tenemos presupuesto para ir a Pebble Beach, pero si conseguimos vender cuatro o cinco unidades iremos. Si no, pues no podremos. Hay cosas abiertas que se están acabando de cerrar, como cualquier startup que empieza. Tenemos ilusión, un presupuesto reducido y, a partir de ahí, hay que ir paso a paso.

¿Cómo ve Hispano-Suiza el futuro del sector?

El futuro es eléctrico a no ser que salga algún combustible que no contamine. No obstante debemos pararnos y pensar cómo llegar hasta ahí porque para suministrar energía a todos los coches del mundo necesitas mucha energía. Debemos ser conscientes que para que todo esto se sostenga, se deben buscar soluciones para generar energía para todos los coches del mundo. Es un paso que gobiernos y administraciones deben tener en cuenta. Además, creo que se están equivocando, es decir, no puedes amenazar con prohibir los motores de combustión, diésel y demás sin tener aún una alternativa viable.

"No puedes amenazar con prohibir los motores de combustión sin tener una alternativa viable".Miquel Suqué, presidente de Hispano-Suiza.

¿Cómo sería el futuro ideal para la marca?

Vender 19 coches en tres días. Creo que el Carmen tendrá salida, que no será fácil y que responderá a las exigencias de los compradores. El futuro ideal sería que hubiera un segundo coche, más asequible para más gente. No te puedo decir un precio, pero sí más asequible. Mi sueño es que se vean coches de Hispano-Suiza por las carreteras. Para eso debes hacer un coche más asequible porque haciendo solo estos 19 coches seguramente nunca lo veremos por la carretera, y es una lástima.

¿Está todo solucionado con Delmar 04?

Sí, está 100% solucionado todo solucionado. Delmar 04 intentó robar la marca ayudado por la poca unificación de las leyes de protección de marcas. Estas leyes deberían protegerlas pero la falta de un criterio unificado, sobre todo fuera de Europa, lo hace complicado y caro. Coca-Cola, Apple etc. se gastan dinerales en proteger sus marcas por todo el planeta.