Opinión: Nadie regala nada y menos en el Dakar

Espectacular victoria de Al-Attiyah, la cuarta de su palmarés y la segunda con Toyota, en un Dakar en el que todo se le puso de cara desde el inicio. Nadie regala nada, y menos en el Dakar, con lo que Nasser y su copiloto, Matthieu Baumel, francés afincado en Andorra, han hecho méritos para ello. Sus adversarios llegaron con menos preparación y ello les hundió en las primeras etapas, que marcaron las diferencias. A partir de ahí, se centró en gestionar la ventaja. El año próximo será diferente, seguramente, pero para ello tendrán que hacer un coche fiable, rodarlo en competición y que los pilotos hayan competido en algunas carreras.

AUDI Y BRX llegaron a este Dakar sin los deberes hechos. Ambos aspiraban a la victoria con un impresionante elenco de pilotos que han ganado muchas etapas, pero con un coche nuevo y la fiabilidad ha sido su punto débil. Unos y otros perdieron la carrera en un mayúsculo ‘error’ de navegación en la primera etapa. Tanto Audi como BRX al final han enderezado el rumbo, de menos a más y tienen enorme potencial para el futuro. Eso sí, insisto, para optar a ganar el Dakar hay que hacer carreras antes, tanto el coche como el piloto y el copiloto.

EXCEPCIONAL el triunfo de Sam Sunderland, que le dio a Gas Gas su primera victoria en la prueba con una KTM con otros colores. La pelea en la carrera de motos ha sido imperial y los detalles y la gestión estratégica del equipo han sido cruciales. Barreda tuvo su oportunidad, aunque el error de navegación del primer día pesó como una losa, pero su ambición, carácter y valentía son dignos de mención. Me dejo mucha gente por analizar, como la gran carrera de Santolino, el copilotaje de Dani Oliveras o el exitoso debut de Laia Sanz en coches, pero no me gustaría acabar sin mostrar mi admiración por Gerard Farrés, segundo en SSV. ¡Bravo Farreti!