Opinión: Aparcar el corazón y gestionar con la cabeza

La undécima etapa se perfila como clave para el desenlace de un Dakar que todavía nos puede sorprender

Al-Attiyah parece la apuesta segura en coches y en motos la lucha está muy abierta

Los errores en el Dakar se pagan muy caros...quedan tres días claves

Los errores en el Dakar se pagan muy caros...quedan tres días claves / ASO

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Cuando faltan tres etapas, incluyendo la última de 164 kilómetros, nada está determinado. Si tuviésemos que apostar nos lo jugaríamos todo, en cuanto a los coches, por Nasser Al-Attiyah y su Toyota, pero cualquier error o fallo mecánico le pueden costar caro en un podio que lidera el catarí acompañado de Loeb y Al-Rajhi. La carrera de motos, por el contrario, está completamente abierta y seis pilotos tienen todavía opciones reales de ganar. El Dakar no acaba hasta que no se cruza la bandera de cuadros el último día y en la historia tenemos muchos ejemplos de ello.

AHORA HAY QUE DEJAR EL CORAZÓN, las ansias e impulsos, a un lado y correr con inteligencia, saber dónde hay que correr y dónde no, buscando la estrategia más correcta y provechosa para los intereses de cada uno con el objetivo de mejorar la clasificación. Hay días en los que hay que correr mucho, otros lo mínimo y eso va en función de la clasificación. Van Beveren y Sunderland tendrán una oportunidad de oro en la novena etapa al salir muy retrasados, mientras que Benavides, Walkner, Quintanilla y Barreda tendrán que estar atentos a una clasificación que da el orden de salida para la siguiente. Quiero recordar, al respecto, que los diez primeros salen cada tres minutos, los siguientes diez a dos…

OTRO DE LOS PUNTOS EMOCIONANTES de esta carrera de motos lo encontramos en que entre los seis candidatos hay cuatro marcas diferentes y que todo apunta a que la etapa más difícil y complicada de este Dakar está por disputarse. Será la penúltima, un auténtico baño de arena en dunas imponentes, de todo tipo y en las que aguardan muchas ‘trampas’ en un momento en el que las fuerzas no sobran y las mecánicas llegan muy justas. Sobrevivir, ese es el lema. Los errores ya se pagan muy caros y a estas alturas los mínimos detalles acaban sentenciando.