DAKAR 2016

Moi Torrellardona, un catalán gana en camiones

Imponente victoria del holandés Gerard de Rooy en camiones, compartiendo cabina con el navegante de Manresa

Moi, a la derecha de la imagen junto a De Rooy, en el centro

Moi, a la derecha de la imagen junto a De Rooy, en el centro / sport

JOSEP VIAPLANA

Gerard De Rooy se ha impuesto en la carrera de camiones en la que Moi Torrellardona formaba parte de su equipo como navegante. El holandés ha impuesto con autoridad su IVECO por delante del KAMAZ del ruso Mardeev. Es la primera vez que un español se impone en esta espectacular categoría, en la que este año han competido cinco marcas de forma oficial.

Moi Torrellardona (Castellfollit del Boix, 13 de septiembre de 1966) es íntimo amigo de Pep Vila, con quien compartió cabina en sus inicios en el Dakar. Su llegada al equipo de De Rooy ha sido reciente y por casualidad. En los test de desarrollo del nuevo camión, realizados en Marruecos, el holandés tuvo un accidente y su habitual copiloto, Jurgen Damen, falleció en la tragedia. Moi asumió entonces la navegación del número 501, que también contaba con el mecánico polaco Darek Rodewald.

Amante del automóvil, de la mecánica y, sobre todo, de la aventura, Moi Torrellardona participó en el Camel Trophy de 1990, que se celebró en Siberia y en el que fue cuarto. Ha sido un acompañante habitual de Pep Vila en el Dakar hasta que el manresano no pudo competir en 2010. Desde entonces ha realizado diversas funciones en la prueba, casi siempre en camiones, aunque participó en una prueba como copiloto de Orlando Terranova. En la última edición del Dakar fue el mapman del equipo MINI, el técnico que atesoraba a los pilotos del equipo X-Raid sobre el recorrido previsto para la siguiente etapa.

Por otro lado, hay que señalar que Vila-Torres-Colomé, que eran la asistencia rápida de IVECO, han terminado décimos de la general, Albert Llovera ha sido 34º y Juvanteny-Criado, que han ganado en la categoría T6 y salían a la última especial en el puesto 29º, han visto como la última etapa se neutralizaba delante de ellos por la enésima crecida de un río.