Laia Sanz, del sofá al Dakar

Laia Sanz, en la presentación de su proyecto para el Dakar

Laia Sanz, en la presentación de su proyecto para el Dakar 2019, en Barcelona / EFE

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Laia Sanz afronta el Dakar "más extraño" y también el "más duro" de su carrera deportiva. Después del exito de sus últimas participaciones, la piloto de Corbera se presentará por noveno año consecutivo al podio de salida, el 6 de enero en Perú, aunque hasta hace apenas dos semanas ni siquiera tenía claro si podría correr. Un doble infección vírica y bacteriana (mononucleosis y fiebre Q) la han tenido tres largos meses postrada su casa, "no ya solo sin entrenar, sino también sin poder hacer vida normal", explica. 

En agosto se retiró del Desafío Inca. "No me encontraba bien y en KTM lo entendieron. Lo peor es que no daban con el diagnóstico preciso y yo me sentía fatal", recuerda. Una vez le confirmaron su dolencia, empezó la carrera contrarreloj en su cabeza: "Veía que iban pasando las semanas, los meses, el Dakar se acercaba y yo no podía ni levantarme. De la cama al sofá, cero gimnasio, nada de moto", cuenta. Tampoco pudo participar en el Rally de Marruecos ni en los test pre-dakar programados por KTM en Oriente Medio.

Hace apenas unos días, Laia y su jefe de prensa no sabían si la rueda de prensa celebrada este martes en Barcelona sería para presentar su proyecto para el Dakar, con el apoyo de un nuevo patrocipador principal, Soficat Xerox, o para anunciar la renuncia de la piloto catalana a disputar el Dakar 2019.

"Al final he decido correr porque he vuelto a entrenar y ya me encuentro bastante recuperada, aunque lógicamente no llegaré a Perú en las condiciones que me gustaría... estoy peor preparada que nunca, pero tengo muchas ganas de disfrutar de la moto, después de tantos meses parada eso te da un plus de motivación para intentarlo", señala Laia, que se muestra realista: "Espero ir, que los próximos días la salud no me haga dar un paso atrás, pero en cualquier caso debo ser menos ambiciosa que los años anteriores. Ahora el primer objetivo es correr el Dakar. Cuando me ponga el caso seguro que querré dar gas y hacerlo lo mejor posible, luego ya veremos como acaba, es una incógnita"

"Tenía claro que si no estaba mínimamente bien no iba a ir al Dakar esta vez. Lo primero es la salud, pero los últimos días me me he encontrado mejor. Y también es bueno dejar atrás las preocupaciones. Empecé a entrenar a principios de diciembre, cuando normalmente ahí sueles empezar a bajar un poco el ritmo. Me he vuelto a sentir deportista", comenta esperanzada.

El Dakar 2019 no solo será extraño para Laia Sanz. Por primera vez se disputará íntegramente en un país y con menos días de competición: "No es lo ideal para los pilotos, que queremos más días y más variedad, pero es lo que hay y en función de cómo sea la navegación puede quedar una carrera bonita. En motos está muy abierta, con seis o siete pilotos que pueden optar a la victoria. Y el recorrido es más corto pero muy intenso. En mi caso habrá que tirar de experiencia y motivación para suplir la baja forma".