Historia SPORT

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El Dakar siempre es una locura

La primera semana de carrera está resultando muy extrema, con continuos sobresaltos y alternancias diarias

El debate sobre qué Dakar era más duro vuelve a estar de moda, pero no hay discusión sobre la dureza y exigencia que requiere esta prueba de auténtica locura

Rally Dakar 2023

Rally Dakar 2023

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El Dakar es, probablemente, la carrera más dura, exigente y compleja del mundo del motorsport y su 45ª edición lo refrenda. Los hechos y las alternancias en la clasificación se suceden a una velocidad vertiginosa. Esta primera semana está siendo más extrema de lo que se esperaba. Etapas largas, con muchos kilómetros, arena, piedras y, para poner a todos a prueba, una fuerte tormenta que obligó a cancelar parte de la tercera especial por inundaciones. Y aviso a navegantes: Quedan por delante las imponentes dunas de la segunda semana que pueden convertirse en todo un espectáculo.

No se puede comparar el Dakar que se corría en África con el de Sudamérica o el actual en Arabia Saudita. Los tiempos cambian. Las máquinas han evolucionado, la tecnología ha avanzado de forma inimaginable y también el ritmo de la carrera, con lo que considero que la comparación no tiene lugar. Ni la tercera etapa de esta edición fue la más dura de la historia de la carrera ni los pilotos actuales son ‘niños’ en comparación a los aventureros de hace cuatro décadas.

El Dakar tiene sus tiempos. El original es el africano, sin duda, porque ahí es donde nació la leyenda. Recuerdo etapas en las que por la noche no había llegado ningún piloto al remoto campamento perdido en la inmensidad del desierto y ASO neutralizaba etapas para reagrupar a sus participantes. Las asistencias eran reducidas, todos nos movíamos en tiendas de campaña y la restauración obligada era el rancho de la de la organización. Las comunicaciones estaban totalmente controladas y hablar por teléfono o mandar un fax costaba un ojo de la cara.

 

AVANCES TECNOLÓGICOS

En Sudamérica, donde hubo que soportar largos enlaces –más de 500 km- con temperaturas bajo cero, aparecieron los hoteles y los primeros motorhomes. Aumentó la velocidad de la carrera, trayectos alternativos para las asistencias, descubriendo el wifi y las redes sociales, a la vez que las comodidades aumentaban al establecer la mayoría de vivacs en grandes ciudades.

En Arabia Saudí se ha vivido una nueva transformación. La velocidad se tuvo que limitar porque el ritmo era brutal, para navegar solo se pueden usar las ayudas que ofrece la organización, los largos enlaces han desaparecido en gran parte y las autocaravanas han crecido como setas. La dureza se mantiene, pero es diferente. Hay mayores facilidades, pero ello lo encontramos en todos los deportes, aunque tampoco quiera decir que el Dakar haya dejado de ser un sueño, una aventura única e inolvidable.

La tercera etapa, que tenía 447 km cronometrados, se vio afectada por la lluvia, el granizo, el frío y el viento que dejaron escenas insólitas a una prueba poco acostumbrada a este tipo de condiciones climatológicas. ASO la neutralizó en el km 378 por el mal estado del recorrido y porque las adversas condiciones climatológicas impedían volar a los helicópteros. No se ha llegado aún al ecuador de una prueba que promete emociones fuertes.