Barreda: "Todavía tenemos opciones de luchar"

Quedan tres jornadas y poco menos de 900 kilómetros para que se defina la clasificación general final de la categoría de motos del Dakar, la más dura y exigente, también la más peligrosa del rally. Los candidatos a la victoria son los seis pilotos que encabezan ahora mismo la tabla, separados por un margen de diez minutos. Y entre ellos se encuentra Joan Barreda, que a sus 38 años resiste a un altísimo ritmo después de fracturarse la clavícula en la quinta etapa. El de Torreblanca aguanta estoicamente el dolor porque mantiene la esperanza no solo de acabar la carrera, o de hacerlo en el podio, sino de ganar el rally.

El sueño se le resiste desde su debut en 2011, cuando todos le señalaban como el relevo natural de Marc Coma, el piloto español más laureado en la historia del Dakar en las dos ruedas, con cinco Touaregs. Barreda atesora un quinto puesto (2017) como mejor resultado. Pero es el piloto español con mayor número de victorias de etapa (29).

De momento la general la lidera Matthias Walkner (KTM), frente a Sam Sunderland (GasGass) por poco más de dos minutos. A casi cuatro está Van Beveren (Yamaha). Y a 4'41, Pablo Quintanilla (Honda). El ganador de la carrera el año pasado Kevin Benavides (KTM) está a 10'22 y Barreda, a 10.57, que hoy no ha podido marcar las diferencias que esperaba: “Todos han ido muy rápido, el ritmo era muy alto, y además los de delante no han cometido errores. Yo he mantenido un ritmo constante, sin apretar demasiado, controlando la navegación”, ha explicado al llegar al campamento.

“Lo positivo es que todavía tenemos opciones de luchar, estamos intentando recuperar el físico trabajando con los fisios cada día para llegar de la mejor manera al final”, asegura convencido el de Honda, Y eso que el lunes tuvo otra caída y se le cayó la moto encima. “Fue un día durísimo, con la caída se me volvió a desplazar la clavícula, Tuve que pilotar con una mano durante bastantes kilómetros. Este martes, por suerte, ha ido todo mejor y el dolor ha ido a menos. He podido recuperar”.

Barreda ha tenido que remar a contracorriente en el Dakar desde el primer día, ya que estuvo en el amplio grupo de participantes que fallaron en la navegación de la etapa inaugural. “Desde entonces he tenido que apretar. Y luego tuve la mala suerte de esta lesión, que me está condicionando bastante", admite. Pese a ello, los 40 minutos que cedió la primera etapa se han quedado en 10. Y cuando ve más cerca la meta de Jeddah sigue creyendo en sus posibilidades: “Puede pasar cualquier cosa. Lo mejor es tener la sensación de que hemos dado el máximo y que la clasificación final demuestre lo que me merezco, no hay más”.