Alonso hace más grande su leyenda y gana las 24h de Daytona

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Alonso consigue su primer triunfo en Estados Unidos. / EFE

Arnau Montserrat

Bicampeón de F1. Camino de campeonar en el WEC. Ganador de las 24 horas de Le Mans y ahora también, campeón de las 24 horas de Daytona. Primer año que corre en DPi y logra el triunfo. Magia cuando tiene un volante entre sus manos. Exhibición nocturna, remontadas y elogios de todo el mundo del motorsport. Alonso suma en su palmarés otra cita legendaria. Primer piloto en la historia en ganar en Mónaco, Le Mans y Daytona.

El piloto español Fernando Alonso, al volante del Konica Minolta Cadillac No.10, se puso al frente de la prueba de resistencia de las 24 Horas de Daytona cuando se llevaban completadas las tres primeras horas y 22 minutos de la carrera. Arregló el mal inicio de su equipo. Cogió el coche noveno y tras una rápida adaptación a la situación de carrera, tomó una conducción agresiva para llegar rápidamente a la primera posición donde pudo imponer un ritmo infernal con el que consiguió abrir hueco.

Solo las banderas amarillas en pista impedían que la distancia entre Alonso y el resto incrementaran a más de medio minuto. Su stint fue de enciclopedia. De esos que quedan en la memoria de carreras legendarias como las 24h de Daytona. Dejó el volante del Cadillac a su compañero de equipo Kamui Kobayashi como líder provisional de las 24 Horas de Daytona cuando se habían completado 155 vueltas y cuatro horas con 40 minutos de acción en el International Speedway.

La magia de Alonso

El relevo de Kamui no fue tan bueno como el de Alonso y sus principales rivales, el Acura DPi, No.6 liderado por Montoya, se pusieron por delante tras la parada del japonés. El equipo de Alonso con Van der Zande al volante cayó hasta la quinta plaza. La llegada de la noche y la delicada situación en la tabla pedían a gritos la presencia de Fernando Alonso. El asturiano se puso de nuevo manos a la obra y tal como hizo en las 24h de Le Mans y su increíble stint nocturno, dejó a todos con la boca abierta. Líder tras las 12 primeras horas de carrera. Las gran decepción de las primeras 12 horas fueron los problemas mecánicos que sufrió el Cadillac No.5 del equipo Mustang Sampling Racing, actuales campeones de la prueba, con los pilotos portugueses Joao Barbosa y Felipe Albuquerque, junto al inglés Mike Conway y el brasileño Christian Fittipaldi, que perdieron 15 vueltas.

El infortunio parecía decidido a evitar que Alonso se escapara al frente de la carrera y la lluvia fue un socio aliado para el resto de coches. La mala estrategia del Team Taylor condenó a Fernando a rodar en neumáticos de seco cuando la pista pedía a gritos los de lluvia. Esa parada de más obligaba a Alonso a tener que remontar, una vez más. La superioridad era muy grande en seco. En lluvia y de noche, el recital era aún más grande si cabe. La fortuna ahora sí, estuvo de cara para el asturiano que aprovechó la bandera amarilla y el reagrupamiento del grupo de cabeza para ponerse líder a 8 ocho horas para el final.

Pero lo que te da la lluvia te lo quita en un instante. La acumulación de agua en pista solo favorecía a un piloto, a Fernando Alonso. Su distancia de frenada marcaba la diferencia respecto al resto y mientras los otros sobrevivían en el mar, Fernando navegaba como marinero en aguas calmadas. Magia. Lástima que dirección de carrera decidiese implantar el régimen de bandera amarilla en pista y la ventaja de casi 40 segundos que había tomado respecto al resto se esfumara de nuevo tras casi 3 horas al volante.

La lluvia condicionó el final

De bandera amarilla se pasó a bandera roja. La primera de las dos que marcaron la carrera. Una hora y 45 minutos parados. Alonso ya no subió al coche y fue Jordan Taylor, quien arrancó la prueba con el Cadillac 10, el encargado de realizar su segunda stint. No fue para nada malo, como sí había sido el primero. Entre bandera amarilla y bandera amarilla, Taylor abría brecha con Rossi y Nasr que relevó a Derani, perdido bajo la lluvia.

Nasr fue mucho más consistente y más rival para la vitoria y así lo demsotró cazando al compañero de Fernando y pasándolo. Teníamos nuevo líder a falta de 3 horas para el final. Reaccionó rápido el equipo del piloto español que lo subió inmediatamente al volante. Por tercera vez, era el encargado de solucionar los problemas en pista.

La situación en pista era cada vez peor y Fernando adoptó una estrategia conservadora. Presionaba a Nasr, enseñaba el morro, pero no se metía en primera posición hasta que el brasileño erró. Se fue largo, muy largo en la bajada del óvalo y Alonso se colocaba primero a algo más de dos horas para el final. La pista se había convertido en un espacio de carambolas entre dos, tres y cuatro coches. Accidentes, salidas de pista… un show.

Duró hasta que la IMSA decidió volver a sacar la bandera roja a 1h y 55 minutos para el final. Se debía tirar de los pelos Nasr que había regalado diez minutos antes la primera plaza al asturiano.

No se reanudó de nuevo la carrera. Ni los camiones con ventiladores pudieron secar mínimamente la pista. Fernando Alonso se alzaba con la victoria en las 24 horas de Daytona. Otro logro más para hacer más grande su leyenda. Otra carrera legendaria en su bolsillo. Su primera victoria en Estados Unidos. Próxima parada, la Indy500 para cerrar la Triple Corona.