RODIBOOK 2018

Una ruta con mucho encanto que te atrapa

Un total de 853 moteros participaron en la 7º edición de RodiBook que se saldó con un rotundo éxito

RodiBook 2018

RodiBook 2018 / SERGI MEJÍAS

Sergi Mejías

Sergi Mejías

'Bosques encantados'. Así se llama la séptima edición de RodiBook que se llevó a cabo el pasado fin de semana, el viernes 31 de septiembre y el 1 de agosto, con Vielha como epicentro. La aventura de RodiBook es un <strong>evento motociclista no competitivo</strong> por carreteras abiertas al tráfico por el Pirineo catalán y francés organizada por Rodi Motor Services. El itinerario es 'sorpresa' y cambia según la edición. El participante lo descubre con la única ayuda de un libro de ruta, el roadbook, debiendo pasar por los puntos de control establecidos. Kilómetros, carreteras, puertos de montaña y muchas curvas para disfrutar de un entorno único con acompañante y/o amigos.

La cita de este año reunió a 853 incondicionales que cubrieron una ruta 'sorpresa' de 630 kilómetros que los participantes iban descubriendo sobre la marcha siguiendo un roadbook o libro de ruta como si de pilotos de raids como el Dakar se tratara. Seguir el recorrido a través del libro de ruta es uno de los grandes alicientes, pero no el único de RodiBook. En esta edición contó con el reto añadido de tener que navegar durante 100 kilómetros sin la viñeta de la descripción. Cada viñeta del roadbook tiene tres casillas: en la primera a la izquierda se indica el punto kilómetrico, en la segunda la dirección a seguir y en la tercera la descripción donde indica el nombre de la siguiente localidad o la carretera por la que se debe circular. Es decir, que esta vez fueron 100 kilómetros con solo el punto kilométrico y la dirección. Y fue todo un éxito.

en vielha con Alex Márquez

La aventura empieza el mismo viernes con la llegada de los participantes y las consiguientes verificaciones y detalles como recoger el libro de ruta que se debe instalar en el soporte pertinente. Por la noche una reunión en una enorme carpa instalada en el parking de Vielha sirve para poner al día a los participantes y anunciar alguna sorpresa como la presencia del piloto de Moto2 Alex Márquez, que al día siguiente iba a hacer parte de la ruta. Y de hecho disfrutó de la experiencia navegando como después explicaría. Márquez participó con una Honda CB125R porque, como muchos pilotos, no tiene carnet de moto. Así y todo por carreteras viradas no tuvo problemas para seguir el ritmo de las motos grandes.

Y llegó el sábado, el gran día. Los participantes empezaron a tomar la salida a partir de las 6.00 horas por un orden establecido según su inscripción. Todavía de noche abandonaron la Val d'Arán por el puerto del Portillón para dirigirse a Francia en un recorrido de 630 kilómetros que les llevaría a pasar por localidades como Bagneres de Luchon, Bagneres de Bigorre, Aspin y la base del Pic du Midi, parar y poder visitar la Grutas de Bétharram, y circular por parajes de ensueño a través de carreteras que en momentos no deberían ser ni locales. 

Además, los participantes llevaban un pequeño GPS y se podía seguir el recorrido de cada dorsal a través de la web de RodiBook y así, por ejemplo, saber donde estaba un grupo de amigos por si alguno se había despistado.

PAELLA PARA COMER

Una paella a medio recorrido le dio un toque de color a una ruta que llevó a los participanes a pasar por puertos de montaña como el Tourmalet, todavía con las pintadas en el suelo del Tour de Francia. Fue una ruta tan exigente como divertida en la que se pudo ver motos de todo tipo, como tres Bultaco del Museu de Basella y que acabaron esta RodiBook así como otro grupo de Honda MBX 80 y Yamaha RD80, motos de 80cc de la década de los 80.

Empezaba a caer el sol en Vielha cuando apenas habían llegado 200 participantes, que tras sellar en los seis controles de paso se hicieron acreedores del diploma y de una cena en una carpa enorme de la Diputació de Lleida donde fueron llegando los moteros. Porque hubo alguno que empezó el sábado y llegó el domingo, en plena noche. Sin lugar a dudas una experiencia exigente pero divertida y que engancha a todos los que la prueban.