MERCADO CHINO

China quiere reducir los accidentes mejorando la seguridad de los vehículos

Doce fabricantes del país acceden a incluir el Control de Estabilidad a todos sus modelos desde 2018.

Dongfeng fengshen

Dongfeng Fengshen es una de las marcas que se han comprometido al cambio. / DONGFENG FENGSHEN

Laerke Saura Birk

En la época donde Mao Zedong presidía la China, se hablaba del concepto de el Gran Salto Adelante. Se trataba de una clara apuesta para avanzar en términos económicos, sociales y políticos en la China entre los años 1957 y 1961 para conseguir lograr colocar el país en un lugar más privilegiado. Independientemente del éxito o del fracaso de esta medida, el poder actual está tratando de hacer otro 'salto' que afectaría, en particular, la industria automovilística.

China quiere solucionar un problema que le ha preocupado en los últimos años: el de los accidentes de tráfico. El gran país asiático ha apostado por la campaña constante bajo el nombre de "Stop de crash" (parar los accidentes), pero ahora está tratando de lograr mejoras 'de facto', y ha empezado a cerrar acuerdos con los fabricantes del país. 

Por eso mismo, Global NCAP ha logrado que doce marcas de coches chinas se comprometan a incluir el sistema de Control de Estabilidad (ESP) a todos sus vehículos desde el mes de enero de 2018. Aunque no lo parezca, se trata de un acuerdo pionero en el país, ya que a diferencia de los coches que conocemos provenientes de Europa y Estados Unidos, a los coches de la China aún les queda un gran recorrido por hacer en materias de seguridad. De hecho, en los coches que conocemos de Europa y Estados Unidos, el ESP era algo obligatorio para todos los vehículos desde 2012. Por eso David Ward, el presidente de la campaña "Stop de Crash", ha dicho que se trata de un pacto "de vital importancia".

Pero no son todas las marcas chinas las que se han comprometido a incluir este elemento a sus vehículos. De todas formas, las marcas que sí que lo han hecho representan un 85% del mercado automovilístico chino, una cifra que no está nada mal para empezar. Las marcas en cuestión son Besturn, Changan, Dongfeng Fengshen, Geely, Haval, Hongqi, Lynk & Co, MG, Trumpchi, Roewe, Senova y Wey.

CHINA QUIERE SUEPRAR UN RETO HISTORICO

En un estudio de mercado elaborado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Shanghái, ya en 2012 se hablaba sobre los retos que tenía el mercado chino para dar lo que sería 'el gran salto de la automoción', tras años de desventaja en el sector. Como industria emergente, el sector del automóvil resulta clave y se elaboraron entonces diversos "programas de estímulo", según el informe, de carácter quinquenal.

"En el 12º Plan Quinquenal se designan los automóviles de 'energías alternativas' y sus componentes, como una de las siete industrias emergentes y estratégicas en las que China espera convertirse en líder mundial para 2030", dice el informe, y destaca la inversión que se hizo entonces de una cantidad de 1,5 billones de dólares. En concreto, el plan pretendía apostar por las baterías, motores eléctricos, sistemas de control electrónico y pilas de combustible, y el país espera superar su histórica desventaja tecnológica en la industria con esta apuesta. Habrá que esperar para ver si se dan estos avances dentro de un entorno 100% seguro.