Viñales: "Todo lo que hago es para ser campeón"

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maverick viñales / VALENTÍ ENRICH

Maverick Viñales se ha erigido en el gran protagonista del campeonato. Ya ha ganado tres carreras y domina con autoridad. Su adaptación a la Yamaha ha sido meteórica y el piloto de Roses se ha convertido, probablemente, en el principal favorito al título. Él acepta el reto, aunque le preocupa el diferente rendimiento de los neumáticos Michelin de una carrera a otra.

Primera toma de contacto con el asfalto del Circuit y le ha costado mucho…

No entendía nada. Es un día para tacharlo y olvidarlo. No tenía ningún feeling con la moto. De todas las vueltas que llevo con la Yamaha, aquí ha sido la peor. Nada más salir a pista he visto que la moto no iba. Y no hemos cambiado nada, solo los neumáticos. Una lástima. Si hubiésemos hecho el test aquí en mayo, como Honda y Ducati, quizá habrían traído otra goma. Pero las que usaron ellos tampoco eran estas… no sé que les pasa a Michelin. Han de intentar que esto no ocurra porque nuestra moto está para ganar, no para acabar  17º.

¿Cómo se entiende que Yamaha tenga estos problemas en Jerez o aquí, en Barcelona y, por ejemplo, a Honda le sucediera lo mismo en Mugello? ¿Hay alguna explicación a estos cambios tan brutales?

No tengo ninguna. Siempre que he tenido un problema con esta moto ha sido por culpa de los neumáticos. Por lo demás la moto va perfecta, desde que me estrené con Yamaha la moto está para luchar por la victoria todos los fines de semana. Lo único que cambia son las gomas y el número de gomas. Es muy difícil hacer una temporada constante con tantos altibajos.

De todas formas su campaña, con el paréntesis de Austin, está siendo impecable…

Sí, desde luego, estoy muy contento. Por eso mismo encuentro muy extraño lo que está ocurriendo con los neumáticos. En Mugello tenía grip y en la tercera vuelta del viernes ya estaba rodando en los tiempos de carrera. En Barcelona no puedo, parecía como si en cada curva me fuese al suelo.

¿Se esperaba una adaptación tan rápida a la Yamaha?

Sí, desde el primer test en Valencia me sentí muy cómodo. La moto ha cambiado mucho, hemos incorporado cosas nuevas… pero sí, desde la primera prueba de Cheste ya sabía que me iría bien, porque mi estilo de pilotaje es bastante parecido al de Valentino, y también en algunas cosas al de Lorenzo, sobre todo abriendo gas.

¿Qué le falta para tener la moto que quiere?

Me falta un poco más de paso por curva, no ser tan agresivo en la frenada, pero eso son vicios que me vienen de la Suzuki, con la que tenía que ser muy agresivo frenando para no perder demasiado en la aceleración, que era nuestro punto débil. Poco a poco lo vamos cambiando, pero cuesta porque cuando estás en modo piloto te sale tu instinto.

Lorenzo y usted llevan caminos inversos. A él le cuesta acostumbrarse a tener que frenar más fuerte con la Ducati…

No es fácil. Lo ideal, lo perfecto, sería tener las dos cosas. Poder hacer paso por curva y cuando quisiera, frenar tarde. Eso es lo que estamos intentando buscar.

Además de estar muy contento de la moto que ha ‘heredado’ de Lorenzo, parece que también hay mucha sintonía con su jefe de mecánicos, Ramón Forcada.

Sí, Ramón me está ayudando mucho. También me enseña a gestionar muy bien las carreras. No tengo mucha experiencia en liderar carreras. Aprendo mucho con él de las estrategias.

¿Con Lorenzo habló antes de venir a Yamaha?

Si, me gusta informarme siempre antes de tomar un camino. Y Jorge me dijo que me encontraría un equipo técnico buenísimo, un gran equipo. Como así es.

Él se encontró un muro. Su relación con Valentino ha empezado mejor...

Bueno, al final, sea mejor o peor, lo importante es que haya un gran respeto. No hay que entrar en una batalla interna que lo que acaba es regalando puntos a nuestros rivales y no ayuda a mejorar nuestra moto.

¿De qué está más y menos satisfecho esta temporada?

Lo que menos, el tema de los neumáticos porque cada fin de semana mi feeling con la moto cambia. Me obliga a cambiar mi estilo de conducción y no me permite seguir con un progreso como el que llevábamos en los test de invierno. Con las mismas gomas iba mejorando la moto y mi pilotaje. El año pasado los Michelin eran mejor, iguales para todos. De lo que estoy más contento es del movimiento que he hecho. Venir a Yamaha me ha abierto los ojos y me permite luchar por las victorias. Es muy diferente que venir a las carreras a intentar hacer un podio.

Sentarse en el box, el primer día, y ver que tu compañero es Valentino Rossi debe ser impresionante…

Realmente incluso ahora me sigue motivando mucho. Sé que él hace un trabajo increíble durante todo el fin de semana y siempre está luchando, incluso cuando está detrás y eso es algo de lo que puedo aprender mucho.

Su carrera no ha sido fácil. Ha habido momentos complejos. Por ejemplo, aquel día en Sepang, cuando siendo un crío decidió plantarse porque no le daban la moto que quería. ¿Qué piensa de aquello cuando echa la vista atrás?

Con el tiempo piensas “menos mal que lo intenté”, porque al final el camino me ha llevado hasta aquí. Pero seguro que con la experiencia que tengo ahora, las formas habrían sido diferentes. Habría seguido corriendo, peleando por aquel campeonato, dejando lo demás en manos de mis abogados. Habría cambiado las formas, pero volvería ha hacer lo mismo, buscar una moto para intentar luchar por el campeonato.

Siempre ha tenido claro a dónde iba y qué quería ¿Ahora cual es el objetivo?

Quiero el campeonato de MotoGP. Lo quiero con todas mis fuerzas y le estoy poniendo muchas ganas, todo mi esfuerzo. Es como la temporada 2013, en la que también me esforcé muchísimo por el título de Moto3. Estuve concentrado, con una dieta muy estricta y un entrenamiento focalizado en ser campeón. Como ahora.

¿Quién se lo va a poner más difícil?

Este año hay mucha rivalidad. Las Ducati son muy rápidas, Dovizioso está delante, Valentino también está a un gran nivel, las Honda son fuertes…Hay muchos pilotos que te pueden complicar este campeonato.

Pero usted dijo el jueves que del que menos se fía es de Marc Márquez…

Si, porque lleva una moto diferente. A Valentino habrá carreras en las que me costará mucho seguirle, pero tiene la misma moto que yo, así que en la carrera siguiente puedo modificar y mejorar. Pero a Marc, si Honda da un paso adelante, costará igualarle.