Lautaro Martínez para cerrar por fin el círculo del '9'

Lautaro no llega a un acuerdo con el Inter y se acerca a Barça

Lautaro se acerca al conjunto azulgrana / sport

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

En esa especie de cruzada que ha tenido la secretaría técnica prácticamente desde que Luis Suárez aterrizó al Barça en busca de un complemento de garantías para el uruguayo, de momento continúa sin darse con la tecla.

El charrúa es un goleador contrastado, un dominador del área y de los tempos, una bestia indomable, competidor nato y un incordio para las defensas rivales.

Y es por eso que su alargada sombra se está convirtiendo en un ‘problema’ a la hora de buscar esa pieza que pueda, a su vez, representar un valor de garantías para sustituirle en un futuro cuando el inescrutable paso del tiempo haga mella de forma definitiva. En esa caza y captura ha habido dos nombres clave hasta ahora: Antoine Griezmann y Paco Alcácer.  

ALCÁCER, INSUFICIENTE

Había demostrado sobradamente de qué era capaz el de Torrent en el Valencia. Hombre de área, instintivo, buen remate con ambas piernas, finalizador nato. Pero sabía que llegaba a un Barça con uno de los mejores (sino el mejor) tridentes de su historia y que eso le obligaría a aprovechar muy muy bien las pocas oportunidades de las que iba a disponer. Ocho goles y cuatro asistencias en 28 partidos oficiales la temporada 2016/17 (apenas 15 titularidades) y siete tantos y cuatro pases de gol en su segundo curso resultaron insuficientes para que en el club se confiara en una explosión que, si no había llegado hasta ese momento, no iba ya a darse.

Además, la necesidad de hacer caja precipitó una cesión con opción de compra que el Dortmund ejecutó casi a media temporada después de una irrupción espectacular en la Bundesliga. Paco rindió y aportó, pero se estaba buscando una figura que generara la ilusión suficiente como para pensar en que podía ser el relevo natural de Suárez algún día. 

griezmann, mucha presión

Se intentó en el verano de 2018, pero después de un rocambolesco desenlace que no desgranaremos ahora porque es un serial interminable permaneció una temporada más en el Atlético. Un año después sí cuajó y su llegada a bombo y platillo dejaba un ataque de ensueño en can Barça. Pero la adaptación le está costando. Sacrificio defensivo innegable, pero una asociación con sus socios de ataque que no termina de llegar y ya se sabe que la paciencia no abunda en el Camp Nou. Obviamente tiene fe Antoine en redirigir esa sensación agridulce

Pero eso no quita que el club haya puesto sus ojos en Lautaro Martínez para cerrar el círculo del ‘9’ y dar de una vez por todas con un valor capaz de ilusionar y de hacer creer que SÍ har vida después de Suárez. Instintivo y con carácter, el argentino se ha tornado en la nueva obsesión.  Hay muchas incógnitas, un mercado incierto, una economía delicada. Pero la operación está en marcha...