Alimentación sostenible

Menos carne para salvar el planeta: así cambió una charla la dieta de un grupo de estudiantes

El 82% de los alumnos redujeron notablemente sus hábitos carnívoros tras la conferencia

Menos carne para salvar el planeta: así cambió una charla la dieta de un grupo de estudiantes

Menos carne para salvar el planeta: así cambió una charla la dieta de un grupo de estudiantes / Freepik

Ana I. Montañez

Informar, concienciar y cambiar. Es la premisa que sigue un estudio publicado en Nature Food por tres investigadores de la Universidad de California, Occidental College y la Claremont Graduate University (EEUU), que ha demostrado cómo una simple charla sobre los efectos de un consumo excesivo de carne puede tener consecuencias directas en la lucha contra el cambio climático.

Estudios anteriores han demostrado que el consumo de carne y otras actividades asociadas a su ingesta constituyen aproximadamente el 15% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero globales o que si ese consumo se redujese a dos hamburguesas semanales por persona se reduciría en gran medida el calentamiento global. Partiendo de esa base, los investigadores Andrew Jalil, Joshua Tasoff y Arturo Vargas Bustamante se lanzaron a examinar cómo la divulgación de esta información podría mover a la población a cambiar sus hábitos alimenticios.

Para ello, en otoño de 2017 los investigadores reclutaron a 213 estudiantes y los dividieron en dos grupos diferentes. Todos los voluntarios del primer grupo asistieron a una charla de 50 minutos sobre el impacto negativo que el consumo de carne tiene sobre el medio ambiente, incluyendo la tala de bosques para crear más zonas de pastoreo, la enorme cantidad de agua que se necesita para criar ganado o el metano que éste expulsa a lo largo de su vida.

Alumnos en una clase

Alumnos en una clase / Josè de Jesùs Martìn Màrquez

A esto se sumaron explicaciones sobre las consecuencias negativas para la salud que supone comer carne en exceso, por ejemplo, la mayor predisposición a sufrir una enfermedad cardíaca.

Por el contrario, los voluntarios del segundo grupo se limitaron a escuchar otra charla no relacionada con la alimentación.

Resultados visibles y duraderos

Durante los tres años siguientes a la celebración de las charlas, los investigadores hicieron un seguimiento de las comidas de los estudiantes en la cafetería de la escuela, lo que representó en total unas 100.000 comidas. Los resultados revelaron que los voluntarios del primer grupo (el que escuchó la charla) comieron un 11% menos de carne de res, un 9% menos de aves de corral y un 9% menos de comida a base de pescado respecto a su dieta habitual. En cuanto a los platos elaborados a base de vegetales, estos aumentaron un 20%.

Comida vegetal

Comida vegetal / Europa Press

Los investigadores explican que no encontraron signos de marcha atrás en este cambio en la dieta de los estudiantes y que incluso la mejoraron levemente a lo largo de los tres años analizados. Las encuestas aplicadas muestran que el 82% de los estudiantes del grupo explicó que cambió sus hábitos de consumo de carne, y de ellos un 64% afirmó que lo hizo por el cambio climático y un 33% por la salud.

“Nuestros hallazgos sugieren que las intervenciones informativas pueden ser rentables y generar cambios duraderos hacia opciones alimentarias más sostenibles”, concluyen los autores del estudio.

Artículo de referencia: https://www.nature.com/articles/s43016-023-00712-1

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