Txema Olázabal se despide emocionado de su trigésimo Masters

Olazábal finalizó su presencia en el Masters con recuerdos emocionantes

Olazábal finalizó su presencia en el Masters con recuerdos emocionantes / AFP

Sport.es

El golfista español José María Olázabal se ha despedido este viernes del Masters, que se disputa esta semana en el histórico recorrido de Augusta National, al acumular un resultado de +13, que lo deja fuera de la competición el fin de semana.

"La primera vez que vine, en el año 1985, de amateur, me acuerdo de llegar al campo de prácticas, donde di todas las bolas limpias porque no quería estropear la hierba", comenta el golfista de Hondarribia sobre su estreno en Augusta con 20 años.

A los 53 años, Olázabal recuerda su primera ronda con el legendario Arnold Palmer: "Los dos jugamos mal, pero me impresionó que en todos los hoyos la gente le daba una ovación espectacular cuando llegábamos al green".

Opciones de ganar un Grande

Chema, como le llaman algunos, rozó la victoria seis años después. "Cuando quedé segundo en el 91 detrás de Woosie (el inglés Ian Woosman) me lo tomé muy bien. Fue la primer vez que de verdad sentí que tenía opciones de ganar un grande", cuenta Olázabal.

'Ollie', como lo conocen los anglosajones, solo tardó cinco años en conseguir esa victoria y heredar el testigo su amigo y tutor, el difunto Severiano Ballesteros, ganador de las ediciones de 1980 y 1983. Seve le dejó una nota: "Tienes lo que hay que tener para ganar el Masters".

"Hubo momentos maravillosos con Severiano entrenándose juntos y sentados juntos en la cena de campeones. Charlábamos mucho", recuerda con nostalgia Olázabal, que se ganó un lugar en la mesa con la victoria en 1994.

Una experiencia inolvidable

"Como amigo y como golfista, verle ganar en el 94 fue una experiencia inolvidable. Me acuerdo de que fue mágico verle remontar y ganar la chaqueta verde", comenta Pello Iguarán, caddie del italiano Francesco Molinari, y paisano y compañero de fatigas, entrenamientos y competiciones de Josemari, como le llaman los más cercanos.

"Una chaqueta verde que hará juego con sus ojos", concluía Isabel Trillo (alias Patricia Luna) en una crónica sentida en El Correo en abril de 1994. "Lo que me hizo soñar con ser profesional fue ver a Chema ganar aquí en el 94 y el 99", dice el golfista grancanario Rafa Cabrera Bello.

Porque Olázabal volvió a ganar en 1999, pero antes tuvo que pasar por un calvario físico de casi dos años. "El 99 fue mucho más especial porque había muchas emociones. En la rueda de prensa me eché a llorar por los momentos tan malos que pasé en el 95 y el 96", recuerda con los ojos húmedos el guipuzcoano.

Sollozos tras el triunfo

"Cuando le preguntaron por su familia, que no podía soportar verle arrastrarse a gatas por su casa, Olázabal se cubrió la cara y empezó a sollozar", relataba el reportero estadounidense Doug Ferguson en una crónica de abril de 1999 sobre la segunda victoria de Ollie.

"La segunda fue si cabe más emocionante, por haber pasado una enfermedad que lo tuvo sufriendo muchísimo tiempo en casa en unas circunstancias que solo puede imaginar el que lo vive", cuenta Iguarán. "Fue duro vivirlo como amigo", agrega Pello, que también le hizo de caddie durante unos años.

El legendario golfista sudafricano Gary Player, ganador de tres Masters, recuerda cómo le agarró por la pechera y le dio una charla de 30 minutos antes de la última jornada de 1999. En palabras de Player: "Aunque no quiero atribuirme la victoria, le hice un lavado de cerebro".

Estreno de Sergio

Ese año se estrenó en Augusta un jovencísimo Sergio García, el mismo que obtendría la quinta chaqueta verde para un español en 2017. "Recoger el premio de mejor amateur con Chema, uno de mis ídolos, fue algo increíble. Estábamos contentísimos por nosotros y por ellos", cuenta a Efe el golfista castellonense, que logró la medalla al mejor aficionado.

Desde su estreno en 1985, Olázabal se ha perdido tres Masters: el de 1996, cuando se manifestó por primera vez la enfermedad, y durante recaídas en 2010 y 2016. A pesar de 33 años de dolores, el golfista de Hondarribia no pierde la sonrisa y el entusiasmo cuando llega y se despide a Augusta.

"El golf español tiene una salud muy buena. Teniendo en cuenta el porcentaje de gente que practica, tener el plantel que tenemos es extraordinario", dice Olázabal, que no duda en asistir a sus compatriotas y amigos en la cancha de prácticas.

La creatividad española

"La pasión, la habilidad, la destreza y la creatividad que requiere este campo se adaptan a nuestro carácter", explica José María Olázabal acerca de su idilio de tres décadas con Augusta National. "También hay que tener mucha paciencia, y eso para la sangre española puede ser muy duro", puntualiza.

A pesar del mal resultado, Olázabal no perdió el humor y acabó tomándose un respiro sentado junto a una espectadora que tenía su bola debajo de su silla en el hoyo 14. En el 15 hizo birdie y en el 18 bogey, y se despidió de su trigésimo Masters con dudas de jugar al año siguiente, pero profesando su amor por Augusta.

"Los tiempos cambian y nos vamos haciendo mayores, pero aquí hay recuerdos maravillosos y momentos muy especiales. Eso no cambiará nunca", dijo emocionado José María Olázabal