Tuchel empieza a verle las orejas al lobo

El PSG se creía que iba a ganar en Rennes sin bajarse del autobús. Es lo que solía hacer hasta ahora. Todos miraban y los Neymar, Cavani, Mbappé y compañía cerraban el partido en una exhibición de pegada descomunal. Todo apuntaba a que esta temporada iba a ser parecido. O incluso peor para el resto de equipos. 

Tuchel se había dado cuenta de que fichar estrellas ya no le valía para ganar la Champions y apostó por fichajes de equipo como Ander Herrera y Sarabia. Pero, de momento, la realidad es que si los de arriba no están finos, al PSG le cuesta horrores sacar los partidos adelante. 

Ya lo demostró en la Supercopa, donde el Rennes estuvo cerca de llevarse el triunfo hasta la reacción parisina y el domingo fue la confirmación. Ante el mismo equipo, los de Tuchel no fueron capaces de ganar y terminaron sucumbiendo ante un equipo movido por un chaval de 16 años, un Camavinga que se dio a conocer al mundo del fútbol con una auténtica exhibición de un centrocampista total. Aun así, olvidémonos del rival. 

El conjunto parisino dio muestras de debilidad en una liga en la que, por plantilla, no deberían pasar demasiados apuros en ningún partido. Pese a ser tan solo una derrota que no evitará que el PSG, a priori, vuelva a ganar la Ligue 1, la afición parisina empieza a ver los fantasmas de una nueva temporada en blanco en Europa. 

Sin magia arriba Muy pronto cargó contra Neymar y ahora se está empezando a arrepentir. El brasileño quiere salir de París y, con él, se marcha buena parte del potencial ofensivo parisino. Cavani es un portento en el remate y Mbappé es decisivo cerca del área, pero Tuchel se ha dado cuenta que le falta alguien que revolucione el juego en la mediapunta y ahí Neymar es definitivo.

Así lo expresó en la rueda de prensa posterior al partido: “Neymar no se irá sin que haya un fichaje, no es posible. Si se queda, tendremos a un jugador que gana en el uno contra uno”. 

El técnico necesita magia en un equipo que no ha empezado nada bien la temporada. Hablamos más de sensaciones que de resultados, puesto que una derrota en tres encuentros oficiales no son cifras para echarse las manos a la cabeza. Este PSG tiene margen de maniobra y necesita comenzar a cambiar ya. Tuchel tiene faena por delante.