El Lyon acentúa su crisis

Aouar la tuvo en sus botas al filo del final

Aouar la tuvo en sus botas al filo del final / AFP

Jordi Delgado

Ambiente magnífico en el 119º Derbi del Ródano, o 'Le Classique', como se le conoce en Francia. El Lyon, consciente de la necesidad de puntos, salió muy intenso ante un estadio y una afición entregada al equipo de Claude Puel, en la parte más baja de la tabla de la Ligue 1 al inicio del encuentro. El Saint Étienne se impregnó de esta actitud y el ritmo del partido subió de manera exponencial. Finalmente, los verdes tuvieron la recompensa en el último minuto para superar al Lyon en la clasificación e hundir al equipo de Silvinho aún más en una crisis que no hace más que acentuarse.

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Ligue 1

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Alineaciones
Saint Étienne
Moulin; Trauco, Kolodziejczak, Perrin, Saliba, M¿Vila, Youssouf, Boudebouz, Bouanga, Diony (Khazri, 63'); Abi (Beric, 79').
Lyon
Lopes; Marcelo, Andersen, Marçal, Rafael (Tete, 69'), Tousart, Mendes (Jean Lucas, 78'), Dubois, Aouar; Depay, Terrier (Dembélé, 58').

El desgaste físico de los primeros minutos le pasó factura a ambos equipos, que cometieron a las numerosas faltas y la mayoría del juego de desarrolló en el centro del campo debido a ambos dibujo técnicos con tres defensas, aunque sin tener ideas ofensivas claras y proponiendo un juego poco profundo.

Lopes salvó miraculosamente el primero de los verdes en el 19', y en toda la primera mitad solo se disparó tres veces, sumando los dos conjuntos. El Lyon se entregó a la magia de Depay y el atrevimiento de Aouar para crear peligro.

Precisamente, la velocidad del francés creó la acción visitante más clara en el 60', pero su gol fue anulado por fuera de juego. Aun así, los locales crearon más, mejores y más evidentes. Bouanga, de hecho, la tuvo en sus botas un par de minutos más tarde per de nuevo, Lopes, evitó la euforia local que llegaría más tarde.

Tras un partido muy trabado debido al dibujo de los dos equipos, el juego fue mucho más directo en los minutos finales, buscando el gol que daría los tres puntos a uno de los dos.

Al borde del final, un pase espléndido de Depay dejó a Auar eplotar una de sus cualidades, el desborde. Su uno contra uno ante Moulin se fue por centrímetros a la derecha de la meta local, y dejó mudo al estadio por lo que podía ser el gol definitivo.

Pero en el 90 llegó el milagro verde. Beric remató con la cabeza al fondo de la red un magnífico pase de Boudebouz, para batir a Lopes y empujar al Lyon al final de la tabla de la Ligue 1, haciendo nada más que mostrar la evidencia de la crisis del equipo lyonés.