La revolución francesa
Los buenos resultados obtenidos por el Mónaco y el Niza ha animado a los clubs franceses a mirar hacia afuera para buscar a sus nuevos entrenadores.
El fútbol francés se ha mantenido históricamente bastante impermeable a la llegada de entrenadores extranjeros. Pero el curso 2017-18 arrancará con casi un tercio de los banquillos (6 de 20) ocupados por técnicos foráneos, una proporción que no se alcanzaba en la Ligue 1 desde la temporada 1991-92.
El éxito de Leonardo Jardim, campeón el último curso del torneo francés al frente del Mónaco, y de Lucien Favre con el Niza, tercero, ha influido sin duda en el aumento de entrenadores no nacionales en la Ligue 1.
De hecho, los tres primeros clasificados de la última liga estuvieron dirigidos por entrenadores extranjeros, aunque el éxito de Jardim y de Favre contrasta con la sensación de que Unai Emery dejó el trabajo a medias en el PSG.
Al ex del Sevilla se le exigía revalidar el título liguero e ir más allá en la Champions. Sus tres títulos consecutivos en la Europa League con el Sevilla le abrieron las puertas del Parc des Princes y lo tuvo todo de cara cuando goleó por 4-0 al Barcelona en la ida de los octavos de final de la Champions.
Tan inesperado fue esta rotunda victoria como el 6-1 del Camp Nou que ha dejado al vasco al borde del precipicio por más que cerrara el curso con el título de Copa.
Estos tres entrenadores destacan por una filosofía de juego común que pasa por la intensidad física y táctica y una apuesta irrenunciable por el juego de ataque.
Unas premisas que comparten dos de los recién llegados a la Ligue 1, Òscar Garcia, nuevo entrenador del histórico Saint-Étienne, el equipo con más títulos, y en menor medida Marcelo Bielsa, quien se ha comprometido con el Lille.
En cambio, no se puede decir que el libreto de Claudio Ranieri responda a estos patrones. El italiano se ha caracterizado a lo largo de las tres décadas que lleva en los banquillos por priorizar el juego defensivo al ofensivo, aunque en general ha obtenido buenos resultados en todos los países por los que ha pasado.
Como Bielsa, Ranieri ya tenía experiencia en el campeonato francés y fue el artífice del ascenso del Mónaco en 2014. Ahora, con 65 años cumplidos, ha tenido que conseguir un permiso especial para hacerse cargo de la plantilla del Nantes.
El precedente
La presencia de seis entrenadores extranjeros en los banquillos de la Ligue 1 no se producía desde la temporada 1991-92. Entonces el belga Raymond Goethals condujo al Marsella al título liguero como había hecho el año anterior y repetiría también en 1993 y el portugués Artur Jorge ponía las bases para ganar con el PSG la Ligue 1 1993-94.
Los otros cuatro entrenadores no franceses que dirigieron aquella temporada en el campeonato fueron el polaco Henry Kasperczak (Montpellier), el bosnio Boro Primorac (Cannes), el serbio Sylvester Takac (Sochaux) y el suizo Daniel Jeandupreux (Caen).
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