Remontada 'in extremis' del Mónaco de Robert Moreno

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Ben Yedder tras empatar el partido. / AFP

Arnau Montserrat

Los problemas no se solucionan de un día para otro pero el Mónaco de Robert Moreno es una caja de sorpresas. La regularidad parece ser una utopía por culpa de un sistema defensivo que hace aguas en cada partido pero en la delantera tiene una mina de oro con Slimani y Ben Yedder. Remontada en los últimos siete minutos de partido que dan vida. Quizás a partir de ahora los coloca a los dos de inicio.

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Ligue 1

1
2
Alineaciones
Amiens
Gurtner; Calabresi, Opoku, Chedjou, Dibassy; Monconduit (Zungu 74'), Blin, Otero, Kakuta (Cornette 84'), Diabaté (Mendoza 63'), Guirassy.
Mónaco
Lecomte; Henrichs, Maripán, Badiashile, Ballo-Touré, Adrien Silva, Fofana, Golovin; Jovetic (Fàbregas 88'), Ben Yedder, Keita (Slimani 58').

Moreno sentó a Fábregas de inicio y apostó por la entrada de un Jovetic que ya había dado el triunfo a los del Principado en la anterior jornada. No salió mal el conjunto monegasco pero el problema siempre es el mismo. Los errores en defensa condenan el buen hacer en el juego. Esta vez fue un Lecomte que cometió uno de los errores del año. 

Cesión para Badiashile que no es que se quedara corta sino que simplemente ni se despegó de la bota del portero. Eso habilitó a un Guirassy que además la clavó en la escuadra. Una cadena de despropósitos que obligaba al Mónaco a ir a remolque. Sin más errores, el Mónaco tuvo hasta cuatro oportunidades bastante claras para poner las tablas pero ni Ben Yedder ni Keita acertaban a la hora de rematar.

El cambio de sistema con la entrada de Slimani acentuó la superioridad en la segunda mitad pero tampoco encontraban el camino del gol. Reclamaron un penalti sobre Golovin los monegascos que generó dudas en los distintos ángulos de las cámaras pero que el árbitro cerró con amarilla por el ruso por 'piscinazo'.

El que sí era penalti y de forma incomprensible no se señaló fue el que reclamó con toda la razón Slimani a quince minutos para el final. Guardaba el partido la maravilla de Ben Yedder en los últimos compases del choque con una volea que solo los elegidos son capaces de imaginar.

Fàbregas, que entró en los últimos minutos, asistió en el último suspiro desde el saque de esquina para regalar una remontada que de bien seguro es un punto de inflexión en el Mónaco de Robert Moreno.