"Otro ego más": La batalla de egos en el PSG

Daniel Parra Cerezo

En el fútbol lo primero es el escudo, por encima del nombre y el número de atrás, pero en clubes como el Barcelona, el Real Madrid, y ahora en el PSG, ese número pesa...bastante.

En París aún se festeja el título Mundial. Con la segunda estrella que borda la selección francesa sobre su escudo, se suma una tercera llamada Kylian Mbappé. El joven figura del Mundial se vislumbra como uno de los futbolistas a figurar entre lo más alto de la historia. En su club, el París Saint-Germain, Mbappé ya brillaba, pero no tanto como la estrella mediática Neymar, y el referente por años Edinson Cavani. Ahora, con el Mundial en su palmarés, Kylian adquiere un estatus mayor en el club de Al - Khelaifi. La tarea del entrenador alemán Thomas Tuchel será impedir que el talentoso tridente estalle en pedazos, y con ello el sueño de la Champions.

Con el débil Mundial de Neymar las puertas se abrieron a Mbappé para brillar. El llamado a ser balón de oro en Rusia (junto a Lio Messi y CR7, como siempre) se estrelló varias veces con las defensas, su físico no plenamente recuperado, y sobre todo, el suelo. Brasil caía mientras Uruguay y Francia seguían en carrera, con un Cavani apoteósico y un Mbappé imparable. Después, la lesión de Cavani previo al duelo frente a Francia, le impidió verse cara frente a su compañero en la Ville Lumiére, Mbappé, y todo estuvo servido para que el tercero en el PSG igualara los dos primeros.

Ahora bien, Tuchel, que recién llegó en mayo al club, tendrá que lidiar más que nunca con tres jugadores que figurarán como estrellas, como valuartes, pero también con egos que podrían estallar en cualquier momento, como ya lo hicieron Cavani y Neymar hace un par de meses.

El deber del entrenador será priorizar el escudo sobre el nombre, por más mediático y costoso que haya sido, y en el Parque de los Príncipes deberá controlar un vestuario que ante la más mínima chispa podría volar en pedazos. 

La otra batalla

Otra batalla de 'yo' en el PSG será el de la lateral derecha. Dani Alves, que se perdió el Mundial por una lesión, puede haber perdido mucho más. Con el gran torneo del belga Thomas Meunier, el carril derecho tendrá dos dueños, y deberá ser Tuchel quién otorgue los papeles. Medalla de bronce en Rusia, Meunier fue una de las figuras en el conjunto de Roberto Martínez, y sus incorporaciones al ataque lo hacen tan valioso adelante como atrás. Alves, acostumbrado a ser titular donde llega, bien o mal tendrá que disputar ahora su posición. Meunier quiere hablar con Tuchel para que su rol quede claro de inicio.

Así pues, el PSG tiene tanto por ganar como por perder. Cansado Al Khelaifi de invertir para ganar Liga y la Copa, su plantilla lo invita a soñar a él y los parisinos con la esquiva Champions, y con Mbappé, Neymar y Cavani a marcar la historia. Pero, para ello, su segundo al mando Tuchel deberá ser el administrador de un equipo tan prometedor como arriesgado. Porque, como en los negocios, si no se administra bien, tarde o temprano caerá en la quiebra.

El tercero en discordia

Y no falto de egos, este verano el PSG ha incorporado a un vedette más como es el caso de Buffon. El portero italiano llega tras una exitosa carrera en Italia y ahora desembarca en un club donde o puede entender su nuevo rol o puede complicar aún más las cosas. Será un proceso que habrá que seguir de cerca porque puede acabar siendo una bomba.