Nasser Al-Khelaifi, en el ojo del huracán

El plenipotenciario presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, pateaba y golpeaba las paredes de una zona reservada del palco VIP del Parque de los Príncipes al final del partido de la Champions contra el Manchester United (1-3), según relata la prensa francesa. 

El jeque catarí liberaba la ira que había desatado el séptimo fracaso europeo consecutivo desde que Qatar Sports Investment (QSI) se hizo con la propiedad y los mandos del club parisino en 2011.

El ridículo, el mayor en el fútbol europeo moderno, en esta ocasión, era diferente al vivido dos años atrás en Barcelona, cuando el Barça remontó a su equipo un 4-0 con un histórico y bochornoso 6-1. Pero igualmente doloroso. Tiempo de descuento, revisión del VAR, un Manchester United formado mayoritariamente por reservas y juveniles, la gran estrella (Neymar) de nuevo lesionado... 

Además, según recordaban el deportivo galo 'L'Équipe' o el rotativo 'Le Parisien', al regreso al palco Al-Khelaiffi se iba a reencontrar con Al-Thani, el emir de Catar y en última instancia propietario del PSG y "su amigo y jefe", que excepcionalmente asistía al partido y a quien debe dar explicaciones. El debate en torno a la figura de Al-Khelaïfi arrecia en Francia y muchos cuestionan su continuidad al frente de la entidad. Será el emir, en última instancia, el que evalúe su labor.

MUCHO DE LO QUE HABLAR

Al Khelaïfi tiene bastantes cosas por explicar. Algunas, difícilmente explicables: por ejemplo, la insoportable debilidad de su proyecto deportivo en Europa pese al férreo dominio en Francia (20 títulos de primer orden en siete años) y a pesar de la inversión de unos 1.500 millones de euros en la compra del club, el fichaje de 48 estrellas, la construcción de una faraónica ciudad deportiva...

También deberá argumentar con mucho tino la estartegia deportiva, marcada por Leonardo primero, Patrick Kluivert después y Antero Henrique en estos momentos, de caza mayor en el mercado (Neymar, Mbappé...) y jaulas de oro (Verratti, Rabiot...) que ha quemado a algunos de los mejores entrenadores del continente (Ancelotti, Blanc, Unai Emery, Tuchel...).

Una vez más, se ha comprobado que el PSG sigue teniendo una plantilla desequilibrada, capaz de lo mejor y de lo peor y que, sobre todo, no resiste las pruebas de esfuerzo cuando se mide a Barcelona, Real Madrid, Manchester United. Una realidad que deja a Nasser Al-Khelaïfi en una complicada situación, en el ojo del huracán.