El Lyon de Depay se encalla en Burdeos

Las defensas del OL y el Girondins impusieron su ley

Las defensas del OL y el Girondins impusieron su ley / afp

Arnau Montserrat

Llegó el primer tropiezo del Olympique de Lyon. Así difícil luchar por cotas altas. Sin suerte de cara el gol, el conjunto liderado por un Memphis Depay, agotado por sus compromisos de selecciones, no pasó del empate a cero en Burdeos. Mereció más, sobre todo en una segunda mitad donde Aouar revolucionó el partido. Pero sin la salsa del fútbol no hay triunfos. 

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Ligue 1

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Alineaciones
Girondins
Costil; Sabaly, Baysse, Koscienly, Loris; Basic, Otavio; Kalu (Adli 61'), De Preville (Maja 74'), Oudin (Poundjé 90'); Ui Jo (Briand 74').
Lyon
Lopes; Andersen, Marcelo, Denayer; Dubois, Guimaraes (Thiago Mendes 58'), Caqueret, Cornet; Ekambi (Cherki 83'), Depay (Kadewere 73'), Dembélé (Aouar 58').

La primera parte no pasará precisamente a la historia de la liga francesa. Apenas disparos a puerta y pocas ocasiones claras de gol. La igualdad se instaló en el Estadio Matmut Atlantique y no se quería ir. El Lyon salió mejor pero el Girondins anulaba a la perfección el tridente atacante liderado por un Depay que no tocó demasiado balón. Era cuando recibía el neerlandés que la sensación de peligro incrementaba.

La distribución de juego de Caqueret o las internadas de Dubois por la derecha fueron de lo poco salvable, aunque a la hora de poner un centro no atinaban ni queriendo. El primer tiempo acabó en empate a cero. Normal visto lo visto sobre el terreno de juego. 

Con otra marcha salió el Lyon al terreno de juego en el segundo tiempo. Fue Memphis Depay el que primero lo intentó con un centro que impactó en los brazos de Sabaly pero las tenía demasiado pegadas. No era penalti. Ganó metros el conjunto de Rudi García pero el problema era siempre el mismo. Tocar área y entrar el nerviosismo. Nadie era capaz de dar un punto de calma y tomar la mejor decisión. Las ocasiones se iban perdiendo.

Los problemas se acumulaban cuando Guimaraes y Dembélé se iban de malas formas del terreno de juego para dar entrada a Mendes y Aouar. El delantero no se sentó ni en el banquillo. Se fue al vestuario directo. El partido, por fin, se rompió y el Girondins no dio su brazo a torcer. La fragilidad defensiva lionesa casi les cuesta un susto con un centro lateral que no remató nadie de milagro.

Las ocasiones empezaron a llegar de forma más clara y Mendes la tuvo con un disparo desde la frontal que silenció los pocos aficionados que se sentaron en las gradas del estadio de Burdeos. La realidad es que, enfados a parte de Dembélé, Aouar cambió el partido. Tiene ese don especial. De hecho, tuvo la mejor de todo el partido.

Un derroche de clase que enamora. Croqueta a lo Iniesta dentro del área y el remate resbalando lo mandó al palo. Esa obra de arte merecía mejor final. Fue la última que regaló el choque porque los últimos diez minutos imperó el miedo. El punto sin duda tuvo mejor sabor para el Girondins. El Lyon se quedó seco.