El esquema de Tuchel que ha hecho resucitar al tridente del PSG

Hace apenas un mes, la acumulación de talento sin organización encaramó al PSG al abismo. En los primeros cuatro partidos de la Champions League, el buque insignia de Nasser Al-Khelaïfi solo fue capaz de derrotar al Estrella Roja. Una derrota en Anfield y dos empates contra el Nápoles pusieron al PSG frente a su peor fantasma. Un paso en falso y el gigante galo caería eliminado en la fase de grupos de la máxima competición continental.

Pero en la hora más aciaga para el galáctico proyecto capitalino, un giro de timón ordenado desde el banquillo ha salvado al equipo de la peor tempestad. 

La mano de Tuchel

Tardó medio curso, pero en su primera campaña al frente del PSG, Thomas Tuchel parece haber encontrado la fórmula para que el tridente formado por Neymar, Mbappé y Cavani explote todo su potencial. Sobre el papel, el técnico germano parece haberse decantado por un 4-2-3-1 tradicional: doble pivote con Marquinhos y Verratti, bandas para Mbappé y Di María, Neymar de enganche y Cavani en punta.

A la práctica, la historia es otra. La ofensiva parisina se caracteríza por su imprevisibilidad, debido al intercambio  constante de posiciones entre sus hombres de ataque. Sobre todo, Neymar, verso libre absoluto. 

A ello cabe añadir que a menudo cuando el PSG se lanza arriba, Marquinhos se sitúa entre los dos centrales para salvaguardar la subida de Bernat y Kehrer por los carriles. Así, lo que sobre el papel es un 4-2-3-1, por momentos muta a un 3-4-3.

Un esquema ofensivo con el que los galos han mejorado sus prestaciones defensivas fruto de una presión más intensa nacida en la primera línea. Una fórmula con la que el PSG ha tumbado a Liverpool y Estrella Roja para meterse en octavos de final.