El partido despertó poca expectación en Asia

El Madrid-Osasuna, todo un cuento chino de audiencias

El canal de deportes de la cadena china CCTV, que tiene los derechos de la Liga, prefirió dar voleibol femenino

Francesc J. Gimeno

El mercado asiático acogió el partido Real Madrid-Osasuna disputado el pasado domingo con más indiferencia de la que esperaba el presidente madridista, Florentino Pérez, ya que los datos de las supuestas audiencias televisivas que el encuentro logró en China parecen más un cuento chino que una realidad. Mediapro no tenía ayer datos oficiales de las audiencias que el partido consiguió a nivel internacional, pese al inexplicable triunfalismo existente en el entorno madridista.

Hasta el propio club blanco, a través de su web, ha caído en la trampa de destacar los 60 millones de personas que, según un teletipo de la agencia EFE, siguieron en directo el partido por Beijing TV (BTV). BTV es un canal local, por lo que se hace difícil pensar que su audiencia pueda llegar a esas cifras ¿la capital china tiene cerca de 20 millones de habitantes¿, por más que su programación pueda ser vista también en otras zonas del país.

BTV fue una de las pocas cadenas del gigante asiático que ofrecieron en directo el partido del Madrid, ya que la cadena estatal CCTV, que posee los derechos de la Liga española, decidió revenderlo porque a esa hora ¿siete de la tarde¿ está programado el principal informativo del día, mientras que en su canal de deportes, CCTV5, prefirió emitir un partido de voleibol femenino, tal y como relató José Antonio Camacho, seleccionador chino, en los micrófonos de la COPE. El técnico murciano explicó incluso que no podía ver el partido del Madrid, porque no había encontrado ningún canal que lo ofreciese en directo.

La estimación de los 60 millones resultó a todas luces muy apresurada, pero mucho más exagerada todavía fue la cifra de 220 millones de personas que se sacaron de la manga algunos medios. 120 millones los contabilizaban a través de CCTV, que no dio el partido, y los cien millones restantes lo habían seguido supuestamente a través de internet. Lo dicho, un cuento chino.