El Valencia vuelve a las andadas y cae con estrépito en casa

Lucas Cadete

De nuevo asomó la peor versión del Valencia, superado en casa por un Getafe fiel a su libreto y que por fin encontró el talento realizador de Loïc Rémy, quien se estrenó como goleador con los azulones y por partida doble. El acoso de los ches ya con el 0-2 en todo lo alto sólo permitió recortar con un golazo de Rodrigo, y el 1-2 final supone casi regalar al Real Madrid en bandeja de plata la tercera plaza.

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Liga Santander

1
2
Alineaciones
Valencia
Jaume Doménech; Montoya, Garay, Jeison Murillo, Gayá; Andreas Pereira (Ferran Torres, 61'), Parejo, Maksimovic (Carlos Soler, 61'), Guedes; Vietto (Rodrigo, 61'), Zaza.
Getafe
Guaita; Damián, Djené, Bruno, Cabrera; Portillo (Mora, 76'), Flamini, Fajr, Amath (Antunes, 92'); Jorge Molina, Rémy (Álvaro, 63').

Valencia y Getafe jugaron un primer periodo donde los madrileños dieron la sorpresa, tocando mejor en la medular y adueñándose del balón y el peligro ante un Valencia deshilachado, donde las numerosas rotaciones de Marcelino se dejaron notar. Al cuarto de hora, justa recompensa cuando un balón en largo de Damián lo convertía Rémy con calidad, tiro raso y pegadito al palo para el cero a uno.

Trataron de reaccionar los che, pero con escasa idea y nulo peligro. En las contras, lo que pudo llegar fue el 0-2 pero Amath perdonó sobre la media hora. Zaza tuvo la primera clara del Valencia a los 40 minutos, un cabezazo en franca posición que se marchó fuera por poco, llegando el descanso con runrún en Mestalla.

Y peor fue el inicio del segundo periodo. Rémy asustó casi marcando desde el centro del campo en el primer minuto, pero apenas a los cuatro sí acertaba con un tiro perfecto desde la frontal, tras pase de Molina en la enésima recuperación de Damián Suárez. A partir de ahí, el encuentro estuvo en manos locales, pero los nervios y las prisas fueron malos amigos del Valencia.

Tras un cabezazo alto de Gayá, el acoso local obtenía premio en un hermoso chut de Rodrigo a la media vuelta. Restaban veinte minutos y Zaza perdonó el empate en un testarazo desviado, acabando el encuentro con excesivas brusquedades y un carrusel de tarjetas amarillas, dos para el inefable Parejo.