Raúl García destroza al Valencia

Raúl García abusa de un Valencia en crisis

ÁLVARO QUIJANO

El Valencia acentúa su depresión en el debut de Voro. Un Athletic sobresaliente retrató la incapacidad de un Valencia en caída libre que perdió su condición de invicto en Mestalla en Liga donde no perdía desde el 28 abril 2019 con una derrota ante Eibar. El día que Diakhaby, que volvía al equipo, no cometió ningún disparate, pasó el testigo a Kondogbia y a Jaume Costa, que regalaron los dos goles que marcó Raúl García. El Valencia confirmó que siempre se puede ir a peor.

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LaLiga

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Alineaciones
Valencia
Cillessen; Florenzi (Vallejo, 82'), Diakhaby, Paulista, Costa; Ferran (Soler , 62'), Parejo (Wass, 82'), Kondogbia, Guedes (Chreyshev, 62'); Rodrigo y Maxi Gómez (Gameiro, 74')
Athletic
Unai Simón; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García, Unai López (Villalibre, 65'), Córdoba (Balenziaga, 89'), Muniain (De Marcos, 81'); Williams (Vesga, 65') y Raúl García (Sancet, 81')

Raúl García tuvo la primera después de un centro lateral con un remate cruzado que salió junto al poste. Mandaba el Athletic, más cohesionado, y buscaba las bandas para hacer daño a la defensa del Valencia. Había puesto toda su dinamita Voro con Ferran, Rodrigo, Maxi y Guedes. Pero tocaba con precisión el equipo rojiblanco mientras al Valencia le costaba sincronizarse.

Y no tardó en volver el Valencia de los errores. Esta vez a cargo de Kondogbia, que regaló un Athletic cerca de su área y el Athletic, en tres toques, se adelantó en el marcador con un remate de Raúl García. No era fácil para Voro borrar todas las miserias recientes.

Estaba embotellado el Valencia porque el Athletic había olido la sangre. Ganaba todos los balones el Athletic, que presionaba y profundizaba por las bandas creando numerosos problemas a la defensa ché que estaba como un flan. Jugaba muy cómodo el equipo bilbaino y absolutamente cohibido el de Voro, con su incapacidad habitual para sacar el balón con criterio de su campo. El Valencia era el mismo de Celades, deslavazado, sin personalidad y pusilánime. El balón le quemaba y se condenaba a ir detrás de él ante la jerarquía de un Athletic con tablas y las ideas claras. Voro no había tenido tiempo seguramente de insuflar confianza a sus deprimidos jugadores y la imagen era del todo preocupante. Por momentos resultaba hasta humillante como los de Garitano triangulaban con insultante sencillez desnudando las miserias del sistema defensivo del Valencia.

Encontró una oportunidad el Valencia con un centro de Florenzi que dejó solo a Maxi pero el remate del uruguayo en plancha se fue casi al córner cuando Unai ya asumía que tendría que recoger el balón de la red. Mal el charrúa, que dispuso de la oportunidad con la que sueña cualquier delantero.

En la segunda parte, siguió otro capítulo del Valencia de los horrores. El regalo fue esta vez de Jaume Costa y el beneficiario, de nuevo Raúl García, que soltó un latigazo estremecedor a la escuadra. La presión del Valencia obligaba al Valencia a jugar en largo y a cometer errores dejando además inéditos a sus delanteros. Daba la sensación de que si quería, el Athletic podía darse un festín. Estaba más cerca el tercer gol del Athletic con Raúl García sembrando el pánico en la desnortada zaga local. Impecable el Athletic por arriba y por abajo, combinando y presionando, empequeñeciendo al Valencia, imperial sobre el campo en todo momento, bordando el fútbol ante un Valencia apocado y donde Florenzi era su mejor rematador. Bloqueado el Valencia y obligado a jugar en pocos metros, quedaba retratado en cada posesión.

Unai Simón se aburría y el Athletic parecía decidido a economizar esfuerzos. Caía el Valencia en el fuera de juego una y otra vez y acentuaba su depresión consciente de que no podía evitar su caída libre. Con un Parejo fatigado y sin fondo, el equipo de Voro plasmaba su incompetencia en cada ataque.

No llegó la reacción porque el Athletic se mostró siempre seguro e infranqueable. Se replegó el equipo de Garitano convencido de su supremacía en un partido en el que desplegó tantas virtudes como seriedad y buen fútbol frente a un Valencia de saldo.