El Sevilla sigue de dulce al vencer en Ipurúa (1-3)

Francesc Ripoll

El Sevilla completó una semana perfecta tras vencer por 0 a 2 al Eibar y ha conseguido los nueve puntos que ha disputado en estos últimos siete días. Los goles de André Silva y Banega por partida doble determinaron el buen momento que viven los de Machín. Jordán hizo el tanto del honor. La grada de Ipurúa dio el susto, cuando cedió tras la celebración del segundo gol y tuvieron que retirar dos aficionados en camilla. Afortunadamente, nada grave.

Los primeros 45 minutos fueron de dominio armero. Consiguieron tener el balón del esférico ante un Sevilla que venía de golear al Real Madrid. Pese a que los de Machín no gozaron de tanta posesión, las ocasiones se sucedieron. Avisó primero Orellana con un disparo que se fue desviado por bien poco.

Poco después, Sarabia tuvo la más clara para los suyos. En uno contra uno ante Dmitrovic, el serbio tocó el balón lo justo para que se marchara rozando el poste cuando los aficionados sevillistas ya cantaban el gol. Pese a llegar con más peligro, el conjunto andaluz se veía superado en juego por el Eibar, aunque todas las intentonas de los de Mendilíbar se marcharon desviadas. Tuvo otra Sarabia, con una volea dentro del área, aunque se topó otra vez con Dmitrovic, salvando a su equipo.

Ya en la segunda, no pudo hacer nada el meta armero para evitar el gol del Sevilla. André Silva, en el 48, remató como pudo en el área pequeña un pase raso de Jesús Navas. Jarro de agua fría para los aficionados azulgranas presentes en Ipurúa. Sergi Enrich cabeceó fuera un buen centro desde la banda, buscando el empate.

Y antes de cumplirse la media hora de encuentro, otro mazazo para los armeros. Cote tocó el balón con la mano dentro del área y el árbitro señaló penalti. Banega lo transformó, pero cuando lo estaban celebrando con sus aficionados, la valla de la grada cedió y cayeron varios hinchas al terreno de juego. Se tuvieron que retirar dos de ellos en camilla, bajo los aplausos de Ipurúa, que se quedó mudo. Afortunadamente, parece que no fue nada grave y se pudo seguir el partido con normalidad.

El gol de argentino hundió al Eibar, que tan sólo pudo reaccionar con un zurdazo de Orellana que se marchó por encima del travesaño. Banega puso la guinda en Ipurúa después de engatillar un disparo con la diestra que batió a Dmitrovic. Jordán, en el último minuto de partido, hizo el gol del honor con un zambombazo desde fuera del área que se coló junto al poste izuiqerdo.