"Semedo me puso la pistola en la sien y me dijo: 'te voy a matar'"

Sport.es

El caso de Rubén Semedo, el jugador del Villarreal detenido por por atar, golpear y retener a un hombre para robarle, se está convirtiendo en un culebrón que a cada capítulo que se conoce causa mayor estupor.

El último es el relato de la víctima, que más parece propio de una película de terror. Y es que según publica el diario 'Levante', el central portugués le dijo a la víctima "te voy a matar" mientras le encañonaba en la sien. 

Según su testimonio, el hombre acudió voluntariamente al chalé del futbolista donde se encontró con una auténtica encerrona después de aparcar su coche. Fue en ese momento, dice, cuando Semedo, blandiendo un palo de golf, su primo y otra persona (ambos con sendos bates de beisbol) le dieron una brutal paliza que hizo que se desamayase.

A continuación, le ataron de pies y manos y le volvieron a pegar mientras el jugador del Villarrael, que llevaba "la voz cantante y era el que más le pegaba", explica un allegado de la víctima, le mostró las balas asegurándole que llevaban su nombre escrito. Semedo las habría metido en el cargador, montó el arma, se la colocó en la sien y le gritó: "Te voy a matar".

El agredido también explicó a la Guardia Civil que Semedo le puso un dedo meñique sobre un plástico y amenazó con cortárselo si no le decía donde vivía un hombre que le debía 5.000 euros.

Luego, fue arrojado an cuarto pequeño y sin luz, le quitaron las llaves y se fueron a su domicilio. Ya de vuelta, bien entrada la madrugada, le amenazaron de muerte y finalmente accedió a llevarles a casa del amigo que supuestamente les debía dinero.

Se inventó la dirección y cuando le llevaban a la calle aprovechó un descuido para escaparse mientras, según su testimonio, Semedo llegó hasta a disparar sin darle. Al llegar a su casa, se dio cuenta de que le habían robado una suma importante de dinero y una colección de relojes.

Al registrar la casa de Semedo, la Guardia Civil encontró los bates de beisbol, el palo de golf y las cuerdas con que le ataron. También la pistola del calibre 9 milímetros corto, con el número de serie borrado, que Semedo habría utilizado. Igualmente, en el garaje había salpicaduras de sangre...