El regreso de Caparrós devuelve la ilusión europea al Sevilla

X. Serrano

El Sevilla recurrió a sus orígenes y la fórmula funcionó. 13 años después, Joaquín Caparrós regresó al banquillo del Sánchez Pizjúan para acabar con una racha de siete partidos sin ganar. Al Sevilla, más intenso que lúcido, le bastó con un gol un gol de Banega desde el punto de penalti en el minuto 47 para amarrar los tres puntos. Los hispalenses duermen en la séptima posición a la espera de lo que haga mañana el Getafe. 

El primer tiempo fue cambiante, con el Sevilla asediando el arco rival en los minutos finales e iniciales. Los hispalenses salieron a buscar el arco rival, con Banega en la media punta como director de orquesta. Los rojiblancos eran agresivos en la presión y verticales en ataque. De las botas del '10' nació la primera ocasión clara del partido, un balón en profundidad a Sarabia que encaró a Moyá e intentó batirle de vaselina, pero el arquero adivinó sus intenciones y atajó en dos tiempos. 

La Real, atascada por la presión hispalense, generó peligro en un aislado testarazo franco de Januzaj que salió alto. Sin embargo, los blanquiazules aguantaron el chaparrón inicial y se adueñaron del cuero pasada la media hora de juego. Maduraron el gol los guipuzcoanos, pero solo se acercaron a él en un disparo demasiado centrado de Oyarzabal a la media vuelta. 

El Sevilla parecía dormido, pero despertó antes del descanso. En un lapso de cinco minutos, Moyá salvó un remate a bocajarro de Sandro, Sarabia cabeceó rozando al palo y Mercado conectó una volea que un zaguero rechazó bajo palos.

El descanso no cortó el arreón sevillista. En la primera acción del segundo tiempo, Llorente zancadilleó a Sandro dentro del área. Penalti. Banega asumió la responsabilidad y envió al fondo de la red un disparo pegado a la cepa del poste que hizo inútil la estirada de Moyá. Canario y argentino se asociaron minutos después en un fugaz contraataque que el ariete finalizó con un disparo cruzado que Moyá salvó con una estirada espléndida. 

La desventaja obligó a la Real a adelantar líneas y buscar el empate. El conjunto guipuzcoano logró encerrar al Sevilla en su terrano de juego, pero sus largas posesiones no se materializaron en ocasiones claras de gol más allá de una falta directa botada por Canales que rozó la cruceta de David Soria. El pitido final confirmó la trabajada victoria de un Sevilla que vuelve a creer en el sueño continental.