La Real ya compite con los grandes

El conjunto ‘txuriurdin’ demostró en el Wanda Metropolitano haber alcanzado la madurez necesaria para ganar a los mejores equipos de la liga y luchar por todo

Imanol ha logrado construir año a año un equipo con un fútbol especial y basado en los canteranos

Alguacil es el gran 'culpable' de la progresión del conjunto vasco

Alguacil convencido de hacer historia ante un Barça que es el mejor de LaLiga

Alex Carazo

Desde hace algunas temporadas la Real Sociedad ya venía dando síntomas de equipo grande. De la mano de Imanol Alguacil el equipo se ha asentado en la zona alta de la tabla, ha encadenado presencias en competición europea e incluso la temporada pasada pudo rubricar el buen trabajo con el título de la Copa del Rey. Pero este año parecen ir más allá, con otra jornada más ocupando lo más alto de la clasificación.

Si algo se podía achacar a esta Real era que contra los rivales de arriba apenas ha sacado puntos estas últimas temporadas. La primera jornada en el Camp Nou parecía confirmar que esa tónica se iba a mantener esta campaña, pero los ‘txuriurdin’ están empeñados en darle la vuelta a la tendencia.

Desde la derrota ante el Barça, los vascos han acumulado doce partidos sin perder entre la liga y la Europa League (siete victorias y cinco empates). Dos de esos marcadores igualados los ha obtenido ante el Sevilla (0-0) y el Atlético de Madrid (2-2). En el Wanda los de Imanol Alguacil demostraron ser capaces de ganar a cualquier equipo con un fútbol dominador y expresivo sin importar el rival que tenga delante.

Las variantes tácticas del técnico guipuzcuano no tienen límites y se han convertido en un equipo muy difícil de defender. Si a eso le añades la fiabilidad defensiva que han mostrado en este inicio de temporada, te queda uno de los mejores conjuntos de la liga y actual líder durante varias jornadas.

Todo cimentado en una fuente inagotable de jóvenes que surgen de Zubieta, muchos de ellos entrenados ya por Imanol en las categorías inferiores, que están llegando a un nivel de madurez que permite a la afición soñar con cotas más grandes.