Un rácano Sevilla se deja dos puntos en La Nucía

El Levante empata en el último suspiro ante el Sevilla

César G. Aznar

Ochenta y cinco minutos de buen trabajo sevillista saltaron por los aires en La Nucía en un tramo final donde la fe del Levante le valió sumar un punto. Los de Lopetegui ganaban con una diana de Luuk de Jong en la primera jugada de la reanudación, pero su racanería final les castigó y, para más inri, con la desgracia de un autogol de rebote obra de Diego Carlos. La zona Champions queda más abierta.

122873

LaLiga Santander

1
1
Alineaciones
Levante
Aitor; Coke (Miramón, 61'), Vezo, Bruno, Toño (Clerc, 87'); Campaña, Melero, Vukcevic (Bardhi, 61'), Rochina (Hernani, 72'); Mayoral, Morales (Sergio León, 72').
Sevilla
Vaclik; Jesús Navas, Diego Carlos, Koundé, Escudero; Joan Jordán (Fernando, 63'), Gudelj, Banega (Óliver, 63'); Ocampos (Reguilón, 84'), De Jong (En-Nesyri, 73'), Munir (Suso, 63').

Arrancaba el encuentro con Lopetegui sorprendiendo a propios y extraños, ya que la prevista revolución en su once respecto al derbi quedó reducida a tres retoques, EscuderoGudelj Banega. Más cambios en el Levante, cinco caras nuevas en relación al once inicial del duelo de Mestalla.

Muy pocos espacios en el arranque, los veinte hombres de campo embutidos en escasos metros. Coke avisaba para los granotas a los cuatro minutos, despejando Vaclik a saque de esquina, pero más clara era la primera llegada hispalense. Al cuarto de hora, falta en el pico del área que Munir envió al travesaño engañando a todos, cuando se esperaba un centro.

El Levante, fiel a su libreto, prefería jugar arropadito con las salidas en velocidad del 'comandante' Morales. Así, la posesión era cada vez más sevillista, jugando con fuego los de Paco LópezDe Jong probaba desde la frontal, firme Aitor en el blocaje, con respuesta azulgrana en un peligroso centro raso de Borja Mayoral que no hallaba rematador.

Las revoluciones del juego no eran precisamente altas, calor todavía en la tarde alicantina, con posesiones eternas de un Sevilla muy poco vertical y comodidad para los locales, perfectos en las coberturas. Tímidos avisos del Sevilla como un chut de falta de Joan Jordán y sopor en un encuentro donde las áreas parecían territorio vedado.

Despertó Ever Banega a los 42 minutos para poner una falta lateral en la testa de Koundé, pero el remate del joven zaguero francés se perdía a dos palmos del poste derecho de la meta de Aitor. Parecía que el partido se jugaba en la Ciudad Deportiva sevillista, tal era el control de los de Lopetegui, pero el cero a cero no se movía y el descanso llegaba al Camilo Cano a la espera de mayores emociones.

Pero menudo inicio de la segunda parte. Balón en largo de Diego Carlos, control y centro raso de Munir, remate letal de Luuk de Jong en el segundo palo. Veinticinco segundos de juego, gol del Sevilla. Nuevo decorado en La Nucía, ya sin sol y con una temperatura más agradable.

El Sevilla pisaba fuerte y el segundo tanto sobrevolaba el coqueto estadio alicantino. Se le anulaba un golazo de cabeza a Diego Carlos por una falta previa y al paso por el minuto diez, la hermosa volea de Munir la salvaba Aitor Fernández con una plástica estirada.  

Con la avalancha de cambios trataba de adelantar sus líneas el equipo de Paco López, pero con una imprecisión exasperante ante un Sevilla cómodo pero sin fiarse, es muy engañoso este negocio del fútbol.

De hecho, Melero conectó un peligroso testarazo a la salida de un córner ya a doce minutos del noventa, saliendo el cuero por encima del travesaño. Los andaluces trabajaban con seriedad en la zaga mientras el Levante metía pólvora al rectángulo de juego, pero sin encontrar huecos ni peligro.

Así, un trallazo de Escudero desde 30 metros buscaba la escuadra, encontrando en su lugar la manopla salvadora de un Aitor Fernández que voló para evitar el cero a dos. Y la respuesta granota, tremenda. La jugada de la noche. Hernani inició un slalom, se apoyó en pared con Mayoral y cuando el toque del luso se colaba, Koundé salvaba bajo los palos.

Pero si el Levante no pudo empatar con jugadón, lo hizo segundos más tarde con fortuna. El centro potente de Jorge Miramón lo despejaba Vaclik con la mala fortuna de enviar su rechace sobre el cuerpo de Diego Carlos. La pelotita, caprichosa, decidió que la parábola en el rebote se iba para adentro. Manos a la cabeza de Julen.

Incluso en la barrera del noventa, deshecho el Sevilla, salvaba Vaclik el 2-1 en un tiro raso de Borja Mayoral desde la frontal. Estirada agónica, despeje a córner. Al final, cara de derrota en el cuadro hispalense, alegría granota con un puntito que vale su peso en oro.