Las claves de la guerra de los viernes y los lunes entre la RFEF y LaLiga

La RFEF y LaLiga intentarán llegar a un acuerdo esta tarde

La RFEF y LaLiga intentarán llegar a un acuerdo esta tarde / EFE

Ramón Fuentes

Este miércoles a las 17:00 horas están convocados LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD) para empezar a negociar el espinoso conflicto de los viernes y lunes.

Nosotros os podemos adelantar todas las claves de esta negociación que puede acabar en la justicia ordinaria o, como medida extrema, que la RFEF se negase a mandar a los árbitros a los partidos.

Varios puntos son clave. El primero, el anexo 2 del anterior convenio firmado el 11 de agosto del 2014, relativo al acuerdo entonces entre RFEF y LaLiga para la celebración de estos partidos. La RFEF considera que es una concesión suya y por tanto tiene las competencias.

Conviene leer con detenimiento el texto firmado porque en el mismo dice que “la RFEF y LaLiga consideran que resultaría beneficioso para el fútbol español, establecer la posibilidad de que se celebre un encuentro correspondiente al Campeonato Nacional de Liga tanto los viernes anteriores como los lunes posteriores a cada jornada”.

Lo siguiente en este anexo son la autorización para su disputa y el hecho de que esta concesión está supeditada a la norma federativa sobre la liberación de jugadores a las selecciones nacionales. Motivo por el que no hay previsto partido en el lunes de la tercera jornada de esta temporada, previa a la primera interrupción por selecciones.

Y lo próximo es la parte económica que dice que “en atención a lo acordado en este convenio LaLiga abonará a la RFEF” unas cantidades que han rondado estos últimos años los 4 millones de euros.

Pues bien, la RFEF entiende que, según este anexo, los partidos de los viernes y lunes son una concesión suya. Como consecuencia de ello se niega en rotundo a la disputa de partidos los lunes y deja solo abierta la ventana de los viernes. Además, solicita a LaLiga 33 millones de euros por temporada. Casi ocho veces más de lo que venía percibiendo.

LaLiga se opone en rotundo y lo argumenta en varios motivos. Primero, que este anexo no demuestra que sea una concesión de la RFEF, es fruto del mutuo acuerdo entre las partes y entienden que no es una competencia exclusiva de la RFEF.

Segundo, porque cuando se firmó no estaba en vigor el Real Decreto de Venta Centralizada de abril del 2015, que regula la venta colectiva de los derechos de Primera y Segunda otorgando esta potestad a la propia patronal. Es más, cuando LaLiga negoció el último acuerdo audiovisual con los operadores nacionales e internacionales, la RFEF no dijo nada acerca de ofrecer estas dos franjas horarias.

Y tercero, y no menos importante, que el pasado mes de marzo el propio CSD reconoció en un documento a LaLiga las competencias en la fijación de los horarios de los partidos de fútbol a raíz, precisamente, de una propuesta desde la RFEF a la Comisión Directiva del CSD de incluir reglamentariamente unos horarios para las altas temperaturas desde mayo a septiembre. El propio CSD está ahora como mediador en este litigio.

Llegados a este punto, dos son las salidas posibles. La primera pasa porque la RFEF reconozca estas competencias de los horarios a la patronal a cambio de lo cual esta aceptaría compensar a la RFEF, como estaba recogido en el convenio anterior, pero nunca en las cantidades que está reclamando la Federación Española de Fútbol superiores a los 30 millones.

La segunda que, ante la falta de acuerdo, decidan acudir a la justicia ordinaria para que sea quien determine de quién son las competencias de ambos horarios y si es obligatoria una indemnización.

Y la tercera y más extrema, que la situación llegara a tal punto de desacuerdo que la RFEF se negara a desplazar árbitros a estos encuentros. Algo que, lógicamente, ahora mismo ni se ha planteado como tal. Pues bien, con todas estas premisas y claves, se ven las caras esta tarde la Liga y la RFEF.