El intercambio de golpes no favorece al Girona
Los errores en defensa condenan al equipo de Míchel que encajó una manita de la Real Sociedad (3-5)
De nuevo, buenas sensaciones a nivel de competitividad pero sin resultados
Carles Rosell
El intercambio de golpes, en un partido loco, no ha favorecido al Girona. Demasiado débil en defensa, ha concedido varios regalos fatales que ha aprovechado la Real Sociedad. La vuelta a la competición, tras el parón por los compromisos internacionales, no le ha probado un ápice a un equipo que pudo puntuar, pero que acabó goleado a Montilivi. Riquelme, Arnau y Castellanos han hecho soñar a los más de 12.000 espectadores que se han citado en Montilivi y que han visto cómo los errores han condenado a su equipo.
LaLiga
GIR
RSO
Girona |
---|
Juan Carlos; Arnau (Couto 79'), Bueno, Bernardo, Juanpe (Valery 76'), Miguel Gutiérrez; Oriol Romeu, Aleix García (Ureña 79'), Riquelme; Manu Vallejo (Yangel 54'), Castellanos. |
Real Sociedad |
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Remiro; Gorosabel (Sola 55'), Pacheco, Elustondo (Guevara 83'), Aihen; Zubimendi, Mikel Merino, Brais Méndez, David Silva (Turrientes 83'); Kubo (Robert Navarro 88'), Sorloth (Carlos Fdz. 88'). |
Hasta que no recibió un toque de la Real, no despertó el Girona, demasiado mirón de salida, tibio, superado y dormido. Se ha encontrado todas las facilidades del mundo Sorloth para anotar el 0-1, a pase de Take Kubo, cuando sólo se habían jugado siete minutos. Y durante varios más la Real ha dominado a placer, tocando y tocando, presionando bien arriba e impidiendo que la salida del balón fuera fluida.
Míchel, castigado en la grada por su expulsión en el Villamarín, ha apostado por el dibujo habitual y ha decidido situar a Manu Vallejo como segunda punta, acompañando a Castellanos. Uno y otro se han hartado de correr arriba y abajo, bajando a recibir y buscando los desmarques, pero sin la fortuna de recibir.
La pelota era visitante. Lo ha sido durante mucho rato y sólo dos fogonazos han despertado a Montilivi, que empezaba a desesperar. Riquelme se ha inventado una genialidad, con sotana incluida, para levantar al público de la silla. Su disparo se ha colado por la escuadra de Remiro (min. 22). Al empate le ha acompañado el segundo de los de casa, obra de Arnau Martínez, de cabeza (min. 26).
En un santiamén, el Girona ha arreglado lo que su poca sangre había estropeado. Dominado durante mucho rato, ha podido despertar a tiempo y, una vez recibido el susto inicial, se ha rehecho. Empujado por el arrebato de Oriol Romeu, omnipresente en medio del campo, lo ha fiado todo a la calidad de Arnau y Riquelme, dos de los más destacados.
Momentos difíciles para la Real, que ha tenido la suficiente paciencia para recuperar el control. Tuvo tiempo para volver a tener el balón y cuando lo hizo, pisó el campo contrario con peligro. Ya antes del descanso, se ha vuelto a torcer la cosa. Zubimendi ha visto el gesto de Sorloth, que le pedía el pase largo. Juanpe ha dado un paso adelante en el momento más inoportuno y el balón lo ha cazado el delantero noruego, tras detenerlo con el pecho, lo ha ordenado de nuevo en la portería ante Juan Carlos (2-2).
El paso por los vestuarios no calmó el partido. Al contrario. Aceleró sus revoluciones. Se ha beneficiado primero al Girona, con una carrera de Castellanos que ha acabado con el balón en el fondo de la red. El argentino le ha cosechado desde su propio campo, ha adelantado metros y ha anotado el tercero con la ayuda de Remiro, que no ha estado del todo acertado.
Sin medio del campo, con el partido roto, entró Yangel por Manu Vallejo para intentar controlar la situación. No ha habido forma y la Real ha recuperado el dominio. Más pelota, más metros que ha ido ganando. Ha ganado una falta peligrosa y ahí ha nacido el empate. Le sirvió Brais Méndez, nadie tocó el balón y Juan Carlos hizo la estatua (3-3). Con otro error defensivo, este aún más clamoroso, Zubimendi ha hecho el cuarto (3-4) al cabo de unos minutos.
El desacierto de un portero ha contrastado con el acierto del otro porque Remiro, esta vez sí, ha salvado los muebles con una doble intervención, una de ellas volando para despejar un cacao de Riquelme. Han entrado Ureña y Couto antes de que Sorloth topara con el palo. Pero la esperanza se ha esfumado en uno de los muchos contragolpes de la Real. En el 85, el noruego sirvió para Take Kubo y éste espetó un latigazo que significó el quinto (3-5). La sentencia, el punto y final. Y esto, antes de visitar el campo del Atlético de Madrid.
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