Iago Aspas da vida al Celta en un partido épico

Iago Aspas, héroe del Celta

Iago Aspas, héroe del Celta / AFP

Francesc Ripoll

Tenía que ser él. En el día de su vuelta tras una dura lesión y con su equipo con el agua al cuello. Era una auténtica final y Iago Aspas fue decisivo para remontar un partido que parecía perdido. Dos goles del Villarreal en la primera mitad dejaban a los gallegos muy tocados, pero un doblete del de Moaña y otro gol de Maxi Gómez desataban la locura en Balaídos. El Celta sigue soñando con la salvación, y el submarino amarillo queda muy tocado.

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Liga Santander

3
2
Alineaciones
Celta
Rubén; Hugo Mallo, David Costas, Hoedt, Olaza (Kevin, 87'); Okay, Lobotka, Brais Méndez, Boufal (Pione Sisto, 72'), Iago Aspas (Cabral, 90') y Maxi Gómez.
Villarreal
Asenjo; Mario Gaspar, Álvaro González, Víctor Ruiz, Quintillà (Raba, 87'), Pedraza; Morlanes (82'), Iborra, Cazorla; Toko Ekambi y Chukwueze (Fornals, 70').

Las urgencias con las que se presentaban ambos equipos a la cita pronto se tradujeron en aproximaciones peligrosas. Nadie quería ceder, pues era una auténtica final para la permanencia. Pero en cinco minutos, el Villarreal se encargó de enmudecer al feudo celeste, que se había vestido de gala para llevar en volandas a los suyos el día que regresaba Iago Aspas.

Cumplidos los 10 minutos, Ekambi aprovechó un pase de la muerte procedente de un córner para empujar el balón y abrir la lata. Los de Calleja ya habían hecho lo más difícil. O eso parecía. Porque Pedraza hizo de mago para inventarse una jugada individual de escándalo, y tras sortear a tres jugadores y el portero, mandó el cuero al fondo de las redes. 0-2 en el 16'.

Ganaban metros los celestes, que no se daban por vencidos y llegaban al área contraria en gran medida por mediación de saques de esquina. Pero los equipos se construyen desde atrás. Y la defensa del Celta, muy frágil, hacía aguas. Rubén tuvo que aparecer para salvar el tercer gol que pudo sentenciar el partido.

Cambió totalmente el Celta tras el receso. Y gran culpa de ello la tuvo Iago Aspas. El de Moaña volvió a ver puerta gracias a un lanzamiento de falta que tocó pero no lo suficiente Asenjo. Balaídos, que estaba muy deprimido, estalló y animaron como nunca hasta el pitido final. Tuvo que aparecer Rubén justo en la siguiente jugada para evitar el 1-3, que habría sido un mazazo tremendo.

Los de Escribà se transformaron. Llegaban una y otra vez al área de un Villarreal desaparecido, y un paradón del meta 'groguet' a tiro de Hugo mallo hacía presagiar el empate. Y así fue. Maxi Gómez desató la locura tras cabecear al fondo de las redes un preciso centro de Olaza.

Y el destino tenía deparada otra alegría para los gallegos. Penalti de libro sobre Brais confirmado por el VAR, e Iago Aspas, quién sino, se encargó de transformar la pena máxima y culminar la remontada. El Celta sigue vivo gracias a un Aspas que terminó el partido totalmente roto, llorando desconsoladamente. Qué bonito es el fútbol.